"No nos gusta la etiqueta de rebeldes"

Reincidentes está a punto de cumplir 20 años de dedicación a la vertiente combativa y callejera del rock. Desde sus inicios, el grupo sevillano, curtido inicialmente en el circuito vasco de gaztetxes, que les "catapultó al resto del Estado", está comandado por el cantante, bajista, compositor y "proletario del rock" Fernando Madina (Valencia, Venezuela, 1966). El grupo actuó el día 3 en Las Carreras, aunque la gira de presentación de su decimotercer álbum, El comercio del dolor (Locomotive), hará más escalas en Euskadi y Navarra.

Pregunta. ¿Existe el comercio del dolor?

Respuesta. Sí, todos los días. Pero el disco se refiere más a lo que sucedió el 11-M y la rabia que nos dio la manipulación del dolor. De todas maneras, los mismos que comerciaron con el dolor ese día, han comerciado en Euskadi con el mismo dolor, o muy parecido, durante años. Da rabia que un partido tenga al terrorismo como justificación de su existencia y de sus victorias electorales.

"Nos imponen los gustos, nos globalizan los olores, los sabores, y no decimos nada"

P. ¿Para algunos hay catástrofes de primera y de segunda?

R. Claro. Ahora las víctimas de los maltratos o los niños que mueren en Eritrea parece que son víctimas del Telediario de las tres. No llegan a más que eso.

P. ¿Es un disco muy distinto de los anteriores?

R. Al contrario. A veces nos sale más la vena experimental, y éste vuelve un poco al espíritu de ¡Te lo dije!, un disco directo, muy inmediato, contundente y con una unidad estilística, quitando dos o tres canciones lentas, o de otro estilo. Está claro que es un disco más garajoso, de sonido más incisivo.

P. ¿Qué motiva un tema como Sin reaccionar?

R. La interpretación de la realidad, lo que estás viendo día a día con tus dos ojitos y un mínimo de observación. Consideramos que seguimos siendo ganado para muchas cosas; nos imponen los gustos, nos globalizan los olores, los sabores, y no decimos nada. Solamente somos meros consumidores, en vez de personas con criterio, con crítica, con capacidad de discernir lo que es mejor o peor. Eso ya se encarga la tele de decirlo.

P. ¿Contra qué se rebela Reincidentes?

R. No nos gusta la etiqueta de rebeldes. Somos bastante sencillos y no jugamos a ser portavoz de nada, ni de nadie, que no seamos nosotros, pero sí es verdad que interpretamos la realidad de una manera crítica, porque no nos gusta y no tenemos pelos en la lengua.

P. ¿Y les gusta la etiqueta de "antitodo"?

R. Para nada. Hay valores y cosas a defender toda la vida, que no morirán. La ausencia de egoísmo y ambición, el espíritu crítico, las ganas de aprender... No somos antitodo, nihilistas, ni nada por el estilo.

P. Con su línea combativa, ¿es difícil no caer en el panfleto?

R. Se está rondando casi siempre, y lo intentas evitar. Al principio de tu carrera hay canciones que pueden caer ahí, pero ahora intentamos ser más genéricos, más profundos, analizar los temas con más profundidad.

P. ¿Qué se siente al ser uno de los grupos más imitados del rock español?

R. No nos damos demasiada cuenta, aunque sabemos que existe algo de eso. De todos modos, los grupos, cuando empiezan, agarran tres o cuatro cánones. En nuestro caso, Leño, Barricada, La Polla [Records], Kortatu, Tijuana In Blue, Ramones y Rolling Stones. Nos movíamos dentro de esos parámetros. ¿Que nosotros somos uno de aquéllos en los que ahora se fija la gente? Pues muy honrados y muy orgullosos.

P. ¿Qué proyectos tienen en mente?

R. Ahora seguir con la gira de verano, en otoño ir a Argentina, Chile y Uruguay, y luego habrá una gira de salas para presentar El comercio del dolor. El año que viene cumplimos 20 años y ya hay una biografía casi terminada, completada con una veintena de escritos políticos hechos por gente que es más experta que nosotros en hablar de esos temas que denunciamos en nuestras canciones.