_
_
_
_
_
Reportaje:

Rectas largas, curvas cerradas

La estrategia en Montreal, escenario del GP de Canadá de F-1, busca cómo compaginar velocidades máximas y frenadas a fondo

La octava prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 se disputará en un circuito, el Gilles Villeneuve, con asfalto nuevo, grandes rectas y curvas cerradas que obligarán a grandes frenadas. El Gran Premio de Canadá, que el domingo se correrá en Montreal, queda a una prueba del ecuador de la competición. Y hasta ahora, sólo dos coches han ganado carreras: Renault, con cinco triunfos, y McLaren, con dos. De momento, Fernando Alonso domina a placer con 59 puntos y una ventaja notable sobre su gran rival, el finlandés Kimi Raikkonen, a 32, y el alemán Michael Schumacher, a 43.

"Montreal es un circuito muy exigente para los frenos", asegura Rod Nelson, responsable de los bólidos de Renault. "Lo más importante para aspirar a la victoria es conseguir que el coche pueda desarrollar la máxima potencia de velocidad en las rectas y luego apretar los frenos a fondo para entrar casi parado en las durísimas curvas de sus finales. Cuatro veces al menos se pasa de una velocidad superior a los 300 kilómetros por hora a tan sólo 100 kilómetros por hora. Además, es necesario que el vehículo tenga mucha tracción y vaya concediendo los caballos de forma progresiva".

Tanto Renault como el resto de las escuderías saben que para el GP de Canadá deben liberar sus coches de una parte de la carga aerodinámica para conseguir las máximas prestaciones en las rectas. "A veces da la impresión de que el bólido es muy ligero", confirma Alonso; "se comporta de forma bastante inestable y es necesario encontrar el límite correcto entre atacar para lograr un buen tiempo y no excederte para no salirte".

El principal problema son los frenos porque la dureza de la pisada en el pedal somete a todo el sistema a una exigencia máxima: "Lo discos y las pastillas de frenos corren el peligro de desgastarse excesivamente. Eso es algo que se mide en tiempo real. Por tanto, algunas veces hay que pedirle al piloto que ajuste el equilibrio de los frenos delanteros y de los traseros para igualarlos".

Las fuertes frenadas suelen bloquear los frenos traseros y el coche se muestra más nervioso en las curvas. En este sentido, el pilotaje adquiere una gran trascendencia porque las manos del piloto juegan un papel importante: hay que conducir con finura, buscando siempre la aceleración adecuada y salvaguardando en lo posible los frenos. Entre los ajustes necesarios, los técnicos deben retocar las suspensiones. La trasera debe ser más blanda de lo habitual para dar tracción a las ruedas. El trazado ayuda porque la goma que queda incrustada en la pista colabora en la adherencia de los neumáticos.

Otro aspecto destacable a tener en cuenta es el de los neumáticos. "El circuito pone a prueba la durabilidad de las gomas", asegura Hisao Suganuma, director técnico de Bridgestone; "los neumáticos ruedan a altas velocidades durante unos periodos de tiempo relativamente largos, lo que provoca que las gomas alcancen unas temperaturas bastante altas. Las curvas de final de recta son otra exigencia para los neumáticos porque las frenadas son fuertes y hay un recalentamiento evidente. Nosotros vamos a elegir compuestos de la gama más blanda y tomaremos las últimas determinaciones en función de lo que deparen las circunstancias climatológicas".

Michelin, la marca de Renault, cree que los neumáticos deben ser algo más duros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_