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Reportaje:

Siete cárceles para una legislatura

El Gobierno tiene previsto abrir siete prisiones, con 6.532 plazas, hasta 2008 para intentar frenar la imparable saturación de los centros, que, con 60.626 internos, exceden un 59% su capacidad

"El hacinamiento provoca falta de intimidad y que tanto los profesionales como los servicios que se ofrecen estén desbordados. La vida en la cárcel se convierte en pura supervivencia". Así describe Raúl (nombre ficticio), que cumple condena por tráfico de drogas, cómo la saturación trastoca todo y a todos en los penales. Raúl cuenta que el exceso de internos para las plazas existentes es una constante desde que ingresó en un penal madrileño, hace 11 años.

Es cierto que es un mal endémico, pero la situación se ha agravado en los últimos años. Hace pocos días, la cifra de presos superó la barrera de los 60.000. Nunca en la historia había habido tantas personas entre rejas. La población reclusa masculina, porque la femenina está casi estancada, ha crecido un 33% desde 1997, fundamentalmente por el endurecimiento de las penas impulsado por el PP. "Pero ni las prisiones ni el personal han aumentado a ese ritmo", critica José Ramón García, presidente del sector del sindicato CSI-CSIF.

"Un sistema saturado no es eficaz", dicen desde Instituciones Penitenciarias
En Cataluña se ubicarán tres de los siete centros penitenciarios

Si hubiera un preso por celda, como marca la Ley General Penitenciaria, aspecto que nunca se ha cumplido desde su aprobación hace 26 años, sobrarían 22.626 internos. Pero, como no se pueden evaporar, están obligados a dormir, asearse, ver la tele y, en definitiva, convivir, de dos en dos o incluso de tres en tres, en unos 10 metros cuadrados, que es lo que miden las 38.000 celdas existentes en los 77 centros penitenciarios.

La convivencia se hace todavía más difícil desde que los reclusos proceden de todos los rincones del planeta. Casi tres de cada 10 son extranjeros. "La tensión y los roces son continuos, porque cada uno tiene su cultura y sus costumbres", afirma un funcionario de prisiones que prefiere no dar su nombre. A esto hay que añadir el aumento de terroristas encarcelados. Desde el 11-M, hay más de 100 terroristas islámicos entre rejas, además de 550 etarras. Aún así, no se registran demasiados episodios violentos. "La buena voluntad de los funcionarios y los internos hace que no se produzcan peleas, por ejemplo, cuando hay que esperar cuatro horas al sol en verano para llamar por teléfono", comenta Raúl.

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Uno de los principales problemas del exceso de reclusos es que dificulta su rehabilitación. "Un sistema saturado no es eficaz ni en el control de los presos peligrosos ni en la reeducación de los rehabilitables", afirma una portavoz de Instituciones Penitenciarias. Opina lo mismo el funcionario: "Con 150 presos bajo mi control en el patio, sólo puedo vigilarlos, pero no conocer sus problemas o necesidades como marca la ley".

La directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, en la comisión de Interior del Senado, hizo ayer un relato pormenorizado de las cárceles que están en proceso de construcción, algunas según proyectos aprobados por el PP pero no ejecutados, y otras parte de un nuevo plan de infraestructuras pendiente de la aprobación.

Esta legislatura estarán listos cuatro centros. Gallizo destacó que su departamento ha tenido que "trabajar bastante para desatascar las cuatro obras que no sólo no estaban iniciadas, sino que no tenían concluida su tramitación". La primera en inaugurarse será Puerto III, en el Puerto de Santa María (Cádiz). Las obras comenzaron en abril y terminarán en junio de 2007. La construcción de las otras tres, situadas en Albocàsser (Castellón), Estremera (Madrid) y Morón de la Frontera (Sevilla), comenzará a finales de año o en 2006 y estarán listas entre el último semestre de 2007 y el primero de 2008. El presupuesto de cada una rondará los 91 millones de euros. La de Estremera ha encontrado un pequeño bache en el camino: se han hallado restos arqueológicos, pero la portavoz de Instituciones Penitenciarias "no cree que vaya a haber ningún problema para su construcción".

Todas serán centros llamados Tipo, divididos en módulos independientes en los que conviven los presos en grupos homogéneos. La saturación afecta también a esta organización. "Somos como mercancías. Si tu almacén está lleno, te cambian a otro", afirma Raúl. Tienen 1.008 plazas y son como miniciudades, con enfermerías, polideportivos, bibliotecas, etc. También hay zonas de trabajo, donde se desarrollan los talleres productivos. 10.676 internos participan en estas factorías, con un horario y un sueldo equiparable al de un trabajador en libertad. Pero dos barreras, una exterior, de 50 metros de ancho, controlada por la Guardia Civil, y otra interna, de casi 20 metros, diferencian estos núcleos y su vida de las verdaderas ciudades.

Además de las cárceles tradicionales existen Centros de Inserción Social (CIS), donde pernoctan los internos de tercer grado, pero también están desbordados. "Funcionamos como una cadena. Si el último eslabón está lleno, no se puede dar salida a los demás", dice Raúl.

El Gobierno es consciente del problema y por eso "han cambiado de estrategia y va a priorizar estos centros", afirma la portavoz de Instituciones Penitenciarias. En los dos últimos años se han abierto siete y en julio se pondrá en marcha uno en León, con 133 plazas. A finales de 2006 se abrirá el de Vigo, con 67 celdas, y en el primer trimestre de 2007 el de Alicante, con 187 plazas.

También se ampliarán dos centros, en Dueso (Cantabria), que terminará en 2007, y en Taiche (Lanzarote), que finalizará en octubre de este año.

Gallizo adelantó también que la previsión es, a falta de que lo apruebe el Gobierno, construir siete nuevas penitenciarías en Navarra, Canarias, Ceuta, Murcia, País Vasco, Soria y Baleares, pendientes todavía de ubicación.

Cataluña es la única comunidad con la competencia de prisiones transferida. Diseña sus planes de construcción y diseño de los centros. En marzo había 8.277 internos en los 11 centros catalanes y el departamento de justicia prevé que en 2010 haya 11.033. Para acogerlos, se están construyendo dos penales en Barcelona, el de Can Brians II y el centro de jóvenes Quatre Camins, que sustituirá al Trinitat, que se transformará en un CIS. Se prevé que estén terminados en 2007, junto con el de Lledoners, del que se está elaborando el proyecto. El centro Can Brians tendrá 1.500 plazas y será el único parecido a los Tipo. El resto son más pequeños, para 500 presos.

La Generalitat anunciará próximamente la ubicación de seis más. Uno de ellos se sabe que estará en Figueres y sustituirá a dos centros obsoletos. La otra se está negociando que esté en Estaràs (Lleida) pese a que, como casi siempre que se anuncia un centro, cuenta con la oposición de los vecinos. Habrá otra en Tarragona, más un centro de inserción. Quedan entonces por ubicar, aunque se sabe que estarán en Barcelona, un centro de mujeres, uno de preventivos y uno que se denominará de Cumplimiento de Barcelona. Todos deberán estar finalizados en 2010.

La directora de Instituciones Penitenciarias explicó también que están pensando en potenciar las medidas alternativas, como extender los controles telemáticos, que evitan que los de tercer grado vayan a dormir a la prisión. Es un sistema económico respecto al gasto de mantener una cárcel.

También se quieren aumentar las plantillas. CSIF cree que harían falta 8.000 funcionarios más. Sobre todo se incrementará el personal que interviene en la rehabilitación. "La reeducación es la única forma de eliminar gente de las cárceles de manera definitiva", afirma la portavoz de Prisiones.

Uno de los que colaboran en la esta tarea es Luis Fernando Crespo, sociólogo, quien apunta que se deberían fomentar también las penas que se cumplen con servicios a la comunidad.

Todo se resume en la misma cuestión, la falta de financiación, según Raúl. "La sociedad ve las prisiones como un gasto inútil. No da votos, ese es el problema".

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