"Caparrós nos dio la confianza"

Los entrenadores de la Liga les han elegido como la revelación de este curso. Los dos son sevillanos, también tiene la misma edad, 19 años, se han criado y juegan en el mismo club y encarnan dos maneras completamente diferentes de lo que es un futbolista. El mayor de los dos -Jesús Navas, 21 de Noviembre de 1985- zigzaguea entre los contrarios, menudo, ágil, mientras que el menor -Sergio Ramos, 30 de marzo de 1986- exhibe fuerza de atleta y aplomo de quien está ya de vuelta. Ambos pueden ser ya considerados brotes de fenómeno de una profesión que, en realidad, están aún comenzando a conocer.

"El fútbol lo es todo para mí", asegura Ramos, "de pequeño es un juego pero conforme vas creciendo te vas dando cuenta de que es un trabajo, una profesión". Navas se une a la devoción absoluta al juego: "Es lo más grande desde chico, por lo que uno trabaja e intenta hacer las cosas bien para estar ahí y llegar a jugar en Primera".

"Nunca sabes cuándo te entrenas, y así no puedes compaginar el fútbol y los estudios", dicen ambos

Por el momento, el pase al profesionalismo no les ha quitado nada de ese amor, más bien es un motivo más de disfrute. "Es el momento que todo futbolista espera", recalca Ramos, "llevo muchos años aquí [en el Sevilla] y mi gran ilusión era llegar a debutar con este club y jugar en Primera y, una vez que ya he llegado y que estoy adaptado, la verdad es que me quedaría muchos años".

Los equipos que se han interesado por ellos, el debú de Ramos en la seleción absoluta o la importancia de Navas en las sub20 y sub21, los reconocimientos a su precocidad como la propia encuesta de EL PAÍS o, en el caso del defensa, de la UEFA son las evidencias del sueño cumplido. "Las cosas sí que han ido rápidas, pero está siendo todo muy bonito y lo vivimos con la máxima tranquilidad", dice Navas, que subraya la contundencia de Ramos. La misma que tiene al hablar: "Cuando pasan cosas así es porque se ha hecho bien el trabajo. Tanto individualmente como colectivamente, que es donde realmente brilla un jugador".

Los dos son y se onorgullecen de ser referentes del éxito de la verdadera fábrica de futbolistas que tiene el Sevilla en las categorías inferiores. "Yo llevo aquí 10 años, prácticamente me he criado aquí, y creo que el mérito es que la filosofía del club empiezas a conocerla desde pequeño", afirma Ramos en una clara referencia al ya ex entrenador del primer equipo Joaquín Caparrós. Navas no duda a la hora de asegurar que sus respectivos éxitos manan de la confianza y ésta, a ellos, se la dio Caparrós: "Él tenía puesta la confianza en mí y ahora las cosas me están saliendo bien". Ramos añade: "Tenemos que agradecer a todos los entrenadores que hemos tenido, porque de cada uno has cogido algo y algo te han enseñado. Pero bueno, el que nos sacó a Primera fue Joaquín, fue él el que confió en ponerme en el lugar donde yo había soñado".

Lo de aprendices de futbolista parece ya superado en algunos aspectos si se juzga lo estudiado, y puede que hasta ensayado, de sus respuestas sobre la posibilidad de recalar en otros equipos -Ramos: "Mi ilusión es ganar títulos con este club"- o la vida dentro del Sevilla -Navas: "Lo más importante es la confianza que el club nos da"-, pero en realidad no son más que dos chavales, famosos, pero dos chavales .

Uno de los temas que más les cuesta tratar es el de los estudios. Cada uno a su estilo, responden sin demasiadas ganas sobre su relación con los libros. "A una cierta edad, y a mí me cogió temprano, pues tienes que decidir por una vía. Yo no tuve la suerte de poder seguir y compaginar el fútbol y los estudios y me dediqué especialmente al fútbol y la verdad es que me ha merecido la pena", reflexiona en alto y con voz seria Ramos, que, inmediatamente, casi como obligado a excusarse, añade: "Pero eso no quiere decir que yo no estudie porque ahora estoy haciendo unos cursos de monitor deportivo".

Jesús Navas baja los ojos para responder y hasta parece que intenta convencerse a sí mismo: "Yo estoy en Segundo de Bachillerato y en mitad de curso tuve que dejarlo por el tema de la selección. Y la UEFA también". Ambos coinciden en que las exigencias del fútbol, prácticamente desde cadetes, no deja tiempo para la formación intelectual al uso de los aprendices de futbolista. "Nunca sabes si entrenas por la mañana o por la tarde por lo que no puedes compaginar un tiempo para el fútbol y otro para el estudio. No tienes un tiempo fijo y te tienes que decantar por algo en concreto", reflexiona Ramos. Y, en casi todos los casos, suele ser el fútbol.

La fama es algo que les hace mucho tilín. Puede que algún día les sature y enoje, pero por el momento se están dando un festín. Ramos responde con una sonrisa: "Si digo la verdad, es por lo que he luchado desde pequeño y te tienes que acostumbrar. Eres un personaje público y que vayas por algún lado y te conozcan, para mí, es una alegría". Navas prefiere una aproximación más análitica y menos personal: "Por lo que uno ha luchado es por jugar al fútbol y el fútbol conlleva la fama y si te gusta esto tienes que convivir con todo ello".

A la hora de hablar del dinero que trae el fútbol o la presión que pueda acompañar a las expectativas de familia y entorno -el hermano de Ramos, René, es su agente- ambos vuelven a las respuestas ensayadas. "Mientras tu actitud sea buena, si las cosas te salen o no es lo de menos, tienes que creerte lo que estás haciendo", sentencia Ramos mientras Navas asegura no darle "importancia" al dinero.

El alma de chaval les sale cuando se les cuestiona sobre cómo llevan lo de los ligues: Navas se retuerce de vergüenza y asegura que tiene "novia formal". Ramos da fe del aumento de sus conquistas y se declara soltero y disfrutando de ello.

Dos chavales recién llegados al universo de un deporte al que juegan como los ángeles.