Seúl estudia en Berlín las consecuencias económicas de la reunificación
"La gran incógnita de Corea del Sur es Corea del Norte", afirma Baek Jong Chun, presidente del gubernamental Instituto Sejong, al analizar la situación del país y su estrategia de futuro. Baek indica que las estrechas relaciones que existían entre Corea del Norte y Alemania del Este están detrás del creciente interés que existe en Seúl por Berlín, capital a la que se desplazan numerosos estudiosos y funcionarios surcoreanos para estudiar las consecuencias económicas de la reunificación alemana y la posible extrapolación a la península coreana.
Las diferencias económicas y sociales entre los dos Estados establecidos al norte y el sur del paralelo 38 son mucho mayores que las existente en 1989, cuando cayó el muro que separaba a las Alemanias el Este y el Oeste. "Cueste lo que cueste, Corea del Sur tendrá que hacer frente a la reunificación", declaró el viceministro de Exteriores Song Min Soon, quien señaló que visto el alto coste que está teniendo en Alemania, Seúl es más partidario de la apertura gradual de la economía del régimen dictatorial de Kim Jong Il, lo que no parece una tarea fácil.
En 2003, Chung Mong Hun, presidente de Hyunday Asan, empeñada en establecer negocios turísticos al otro lado del paralelo 38, se suicidó durante las investigaciones sobre transferencias de dinero a Corea del Norte. Pese a ello, Hyundai sigue explotando el complejo turístico de Kumgan, en el extremo suroriental de Corea del Norte, adonde lleva 10.000 surcoreanos al mes.
En el extremo suroccidental de Corea del Norte, cerca de la ciudad de Kaesong y en la misma línea fronteriza, Seúl ha obtenido permiso para establecer una zona económica especial, a la que abastece de energía eléctrica y en la que se están levantando 15 fábricas, ocho de las cuales ya funcionan. Hasta un total de 2.000 empresas se han manifestado interesadas en invertir en este área, aunque las presiones de Estados Unidos por un lado, que prohíbe invertir a las empresas de tecnología de la información, y las de Pyongyang, por el otro, con continuos impedimentos a la actividad económica, frenan las posibilidades de la zona.
"Nadie quería ver a Alemania unida", afirma Song, sin querer tener en cuenta el poco interés que despierta entre sus mismos aliados -Estados Unidos, Japón y China- la posibilidad de la reunificación de la península coreana.
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