Cristóbal Repetto presenta su recio tango añejo en España
Cristóbal Repetto se estrenó en España en 2004 como parte de Bajofondo Tango Club, el ambicioso proyecto de tango electrónico del productor Gustavo Santaolalla. Llamó la atención: un tanguero joven, sobrio, cuya voz parecía salir de una placa de 78 r. p. m. Ahora, con 25 años, ha pasado por Fraga y Madrid presentando Cristóbal Repetto (Surco / Universal), un disco que se aleja de la envoltura digital: ofrece milongas y tangos tocados con guitarras y violín-corneta.
Repetto se ríe cuando se le pregunta si hay una estrategia de la perversidad en tan radical giro. "En realidad, lo que pretendemos, vía ejemplo, es enfatizar que el tango debe crecer hacia el futuro pero también hacia el pasado. Resulta legítimo trabajar con máquinas de última generación o pensar en las pistas de baile pero ocurre que incluso los puristas están olvidando un repertorio riquísimo, hecho entre las dos guerras mundiales, cuando el tango se solapaba con el folclor criollo. De ahí hemos sacado el material para el disco". Habla Repetto de un cancionero pero también de un sonido rancio, un añejo modo de interpretar del que no se considera propietario exclusivo: "Ni mucho menos. Daniel Melingo, al que en España se recuerda como parte de Lions in Love, lleva años en Buenos Aires haciendo tangos propios con sabor antiguo. Y hay cantores de 93, 85 años a los que Santaolalla quiere rescatar, en una especie de Buena Vista Social Club a lo argentino".
No sólo nostalgia
Destaca que no es un mero ejercicio nostálgico: "Me empeñé en incorporar un cuarteto de cuerda, un acordeón o un ronroco, colores instrumentales que no se usaban en el tango de los años veinte o treinta. Sí buscamos conscientemente el espíritu de las grabaciones de entonces. Lo que se oye en el disco se grabó tal cual, en tiempo real: todos estábamos en el estudio, el sonido se captaba con micrófonos direccionales y ambientales."
Comenzó Repetto como cantor de folclor. "Nací en Maipú, en 1979, el Día de la Independencia, que es también el cumpleaños de Mercedes Sosa, la más grande figura viva del canto argentino. ¡Así que estaba predestinado! Crecí con las milongas, las sambas, los versos improvisados de los payadores, las peñas, las tardes de asados y guitarreadas". Repetto procede de una familia ligada a la izquierda y creo que su música puede considerarse una forma de acción política, "al entreverar lo porteño con lo rural, al reconocer la presencia uruguaya en lo rioplatense. El tango, la canción popular no sólo hablan de la experiencia individual: conserva las claves de la historia de nuestro país y nos ayudaría a evitar la repetición de desastres".
Hoy, se define Repetto como un tanguero clásico con los oídos abiertos: "Encerrarse en el mismo circuito sería terrible. En Argentina, todo está muy sectorizado, no existe el concepto que he conocido en Europa del festival de world music, que cubre desde la bossa al blues. Necesitamos un Mar de Músicas, un Pirineos Sur donde se sucedan rockeros, tangueros y folcloristas sobre un mismo escenario".
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