El Unicaja elimina al Etosa en un partido épico

El Unicaja pasó ayer a la historia de la ACB al convertirse en el primer equipo que remonta un 2-0 en una eliminatoria por el título con el nuevo formato de series. En Málaga, bajo un público entregado, volvió a derrotar al Etosa en el suspiro final de un partido épico, jugado con tal fortaleza que no se resolvió hasta que sonó la bocina final. Aunque para historia, también, la del equipo alicantino, el mismo que el curso pasado evitó el descenso en la última jornada y que se ha quedado a un paso de la Euroliga. Para quitarse el sombrero, vamos. Claro que el poder del Unicaja fue incontenible, sobre todo en la zona, coto privado de Fran Vázquez.

Enchufado al motor de Cabezas y Bremer, el equipo de Scariolo tomó un palmo de ventaja al inicio con su baloncesto en quinta velocidad. Pronto puso el Etosa el freno. Quincy afinó la puntería y De Miguel mareó a sus defensores tanto dentro como fuera de la zona. Fue entonces cuando empezó a surgir Vázquez, un coloso en las dos canastas. Reboteó, anotó, provocó faltas y machacó el aro cuantas veces quiso, siempre bien asistido por Garbajosa, más dado a la tarea de asistente que a la de lanzador.

El descanso se alcanzó con una tímida ventaja visitante (37-41) merced a su buena racha final del segundo cuarto. El tercer periodo se adivinaba como el decisivo. Ya lo había sido en los dos partidos anteriores, en los que Etosa cedió terreno y Unicaja se le lanzó a la yugular. Y esta vez las cosas fueron por un camino parecido. Unicaja abrió la herida con un parcial de 12-2. La diferencia se agrandó (54-47, 64-56) en la medida que el conjunto alicantino no encontraba posiciones cómodas de lanzamiento y el aro escupía sus tiros.

Renació el Etosa con un arreón formidable. Cuando menos se esperaba, mostró una resistencia tremenda a ser derrotado y entró de lleno en el partido hasta el punto de voltear el resultado (64-65). Se sucedieron los minutos sin canastas y se llegó a un final de infarto.