La élite de la natación española se rebela contra la federación
Los deportistas critican que se prescinda del hijo y ayudante del técnico principal
Las aguas bajan movidas en la élite de la natación española. Un grupo de nadadores, entre los que se encuentran Erika Villaécija, David Meca y Eduard Lorente, se han dirigido por carta a Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado para el Deporte, y a la federación española para manifestar su "malestar" por "la destitución incomprensible" de Iván Fortuny, hijo y ayudante de Joan Fortuny, el técnico que los entrena.
Pese a que los nadadores, becados todos ellos por la federación española en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, han alzado su voz ahora, el episodio se remonta al 20 de abril. Fue entonces cuando Joan Fortuny recibió una llamada del gerente federativo para comunicarle que debía prescindir de su hijo como colaborador, "sin más explicaciones". Días después, también por teléfono, Juan Gerardo Koninckx, el presidente de la federación, le confirmó la decisión. "Me dijo que debía ser así, pero tampoco me explicó por qué", cuenta Fortuny, aún perplejo por tal determinación.
El porqué lo razonan ahora los nadadores al asegurar en la carta que ayer se hizo pública que "la destitución" -Iván Fortuny colaboraba con su padre, pero no tenía contrato con la federación- responde a "un enfrentamiento personal" entre Fortuny y Lluis Bestit, vicepresidente primero de la federación. Bestit se había mostrado crítico con los resultados obtenidos por los nadadores que se entrenan en el CAR y en la Residencia Blume -sólo cuatro consiguieron las marcas mínimas para los Mundiales que se disputarán en Montreal en julio- al término de los Campeonatos de España, en Cádiz. Fortuny consideró entonces, como ahora, que, a tres meses de la cita canadiense, no era el momento de hacer valoraciones y así lo manifestó públicamente.
Desde entonces los rumores de enfrentamiento entre Bestit y el técnico no han cesado de crecer. Hasta el punto de que en el mundillo de la natación se sospecha que el próximo en caer de la lista será el propio Fortuny. "En el fondo, eso es lo que pienso yo también porque, si no, no puedo entender la decisión", dijo el técnico. Requerido por este diario, Bestit declinó pronunciarse.
Sucede, sin embargo, que la federación renovó en diciembre pasado el contrato de Fortuny por cuatro años más -él pedía dos- con los Juegos de Pekín 2008 en el objetivo de mira. "Yo no tengo ninguna intención de dimitir", aseguró el técnico; "y, en cualquier caso, si alguien tiene algo personal conmigo, que tome medidas contra mí, pero que no perjudique a los nadadores, que son los principales afectados".
Eso mismo piensan David Meca, Erika Villaécija, Eduard Lorente, Melisa Caballero y los siete más que componen el grupo de Fortuny y por eso, aseguran, dirigieron su misiva al presidente de la federación, al secretario de Estado para el Deporte y a Iñaki Urdangarín como vicepresidente del Comité Olímpico Español (COI).
"Creemos que, a menos de tres meses de los Mundiales, éstas no son formas de hacer las cosas. Afecta a nuestra preparación", dijo Villaécija. "En nuestro grupo se entrenan velocistas, mediofondistas y fondistas y necesitamos un segundo técnico", abundó la plusmarquista nacional de 800 metros.
A las quejas de los nadadores la federación respondió, un mes después de la marcha del hijo de Fortuny, colocando a Carles Subirana, seleccionador nacional, como su ayudante. "Estamos contentos con Subirana, pero nos parace que es un recurso de última hora y que a él le corresponden otras funciones", apuntó Villaécija. "Los rumores no cesan. Yo temo por el futuro de Joan y también por el del grupo. Y eso, con unos Mundiales por delante, no es precisamente bueno", prosiguió; "no sé qué pasará, pero tengo claro que iré a donde vaya Joan".
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