Reformas aparcadas
La economía mexicana crece un 2,4% en el trimestre gracias al petróleo
México mantendrá durante este año tasas de crecimiento cercanas al 4%, una cifra que está muy por debajo de su potencial y que además está sustentada exclusivamente en la demanda externa y los elevados precios del petróleo. Una coyuntura que ha hecho olvidar las reformas estructurales necesarias que impulsen cambios fiscales, laborales y que liberalicen los sectores energéticos.
El ritmo de incremento de la inversión bruta anual en México se ha situado en el 19% a lo largo de los tres últimos tres años
Organismos como la OCDE y la CEPAL mantienen sus previsiones de que la economía mexicana crecerá un 4% durante este año
Los datos conocidos esta semana indican que México ha crecido un 2,4% durante el primer trimestre del año. Un dato que estuvo debajo de las expectativas, 2,9%, y que complica el índice anual del PIB. Según el Gobierno, este trimestre ha sido desfavorable por la debilidad de la demanda de su principal socio comercial, Estados Unidos. Mientras el sector servicios se expandió un 4,1% en el periodo, la industria, con fuertes vínculos con Washington, cayó un 0,2%.
Pero los organismos internacionales, como la OCDE y la CEPAL, mantienen sus pronósticos para México, situando el crecimiento de su PIB de este año en torno al 4%. Las estimaciones se basan en unos favorables precios del crudo que ayudaran a mantener ingresos considerables para el fisco. Esto, además, permitirá un aumento en el gasto público para las elecciones presidenciales del próximo año, lo que estimulará la actividad económica.
Bonanza petrolera
También producto de la bonanza petrolera, la inversión extranjera directa es otro de los elementos que están tirando del carro económico mexicano. Durante el primer trimestre ingresaron al país 3.771,9 millones de dólares por este concepto, un 16% superior a la cifra registrada en el mismo periodo del año pasado. El ritmo de crecimiento de la inversión bruta anual ha sido del 19% en los últimos tres años.
Si este curso se cumplen los pronósticos, se completaría el segundo año de crecimiento económico sostenido, tras un 2004 en que el PIB se elevó un 4,4% y saliendo de un periodo de tres años de atonía en que no se creció más allá del 1%. Los analistas señalan que, a pesar de estos números, la economía mexicana está muy por debajo de su potencial. El principal problema es la postergación sucesiva de las reformas económicas estructurales.
Según la clasificadora de riesgo S&P, las reformas impulsarían en dos puntos porcentuales adicionales la economía del país, cuyo potencial natural estiman en alrededor del 5%. ¿Cuáles son estas reformas? Todos los analistas locales coinciden en que no pueden esperar más las modificaciones al marco fiscal, laboral y la liberalización del sector energético y de telecomunicaciones.
Dependencia de EE UU
Como advierte el Servicio de Estudios de Caja Madrid en su Observador de Latinoamérica, si no se realizan estas reformas, la mejora económica actual sólo se quedará en coyuntural. Y es que el modelo monoproductor y dependiente de los intercambios comerciales con Estados Unidos muestra síntomas de agotamiento. Según este informe, a pesar de ser una economía emergente, México crece menos que su motor, EE UU, en todas las fases de su ciclo, lo que da cuenta de su debilidad ante los cambios en el vecino del norte.
El problema es que los cambios estructurales han sido aparcados debido a las elecciones del próximo año, en que el Gobierno de Vicente Fox optará por aumentar el gasto público y no comprometerse con impopulares medidas fiscales y liberalizaciones de los sectores clave de la economía.
Pero la bonanza petrolera no sólo ha aportado crecimiento a largo plazo. También ha servido para reducir la vulnerabilidad de la economía, gracias a la disciplina fiscal y monetaria y a la eficiente gestión de la deuda. Este año el déficit fiscal alcanzará sólo el 0,3%, manteniendo la deuda en niveles equivalentes al 25% del PIB.
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