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Reportaje:TENIS | Torneo de Roland Garros

"Gasquet, Gasquet!"

Nadal gana a Malisse ante 15.000 espectadores coreando a la nueva figura francesa, su próximo rival

Pisar por primera vez la pista central de Roland Garros supuso una prueba de fuego para Rafael Nadal. A sus sólo 18 años, el tenista español pudo comprobar hasta qué punto resulta duro saber que las 15.000 personas que te rodean quieren que pierdas el partido. Lo curioso es que no se enfrentaba a ningún francés. Jugaba ante el belga Xavier Malisse, hacia quien los parisienses no sienten ninguna simpatía especial. La cuestión, sin embargo, es que existe fundado temor a que el mallorquín pueda derrotar al ídolo local, Richard Gasquet, al que se enfrentará el viernes en la tercera eliminatoria. Gasquet, también de 18 años, fue el mejor júnior mundial en 2002 y es la última gran esperanza del tenis tricolor. Él duelo de la juventud es el más esperado desde que se supo el sorteo del cuadro.

El español siempre ha batido al campeón mundial 'júnior' de 2002, la última vez en Montecarlo

La cancha no entró en calor hasta que empezó a comprender que la situación era ya muy comprometida. Nadal ganaba por un doble 6-2 a Malisse cuando empezaron a sonar aquellos cánticos. "¡Gasquet!, ¡Gasquet!", atronaban las gradas. Y Nadal parecía no entender nada: ni aquello ni los silbidos que le dedicaban por cada bola dudosa. "¿De verdad que decían Gasquet?", se preguntó en la conferencia de prensa posterior; "yo creí que chillaban Xavier". Parecía que le hicieran culpable de algo. Tal vez, de jugar tan bien. Pero él ni se enteró. Estaba pendiente de la velocidad de su saque para no pasarse "de lento" y se sentía cada vez mejor. Terminó ganando sin problemas, por 6-2, 6-2 y 6-4.

"¿Ya sabe lo que le esperará cuando se enfrente a Gasquet?", se le preguntó. "Sí. Algo similar a lo de hoy", respondió Nadal; "la central es como cualquier otra, sólo que un poco más grande. Y la única cuestión es que yo logre jugar a un buen nivel. Si lo hago, tendré muchas posibilidades de ganar. Y, si haciéndolo, pierdo, felicitaré a Gasquet y me iré a casa". Se han enfrentado muchas veces en su etapa juvenil, pero sólo dos en el circuito. Siempre venció el manacorí: "Es un buen jugador. Tiene un gran revés y un tenis muy completo y juega en su pista, lo que puede ser una ventaja, si supera la presión, o un inconveniente".

Nadal y Gasquet son los dos tenistas más emergentes de la última generación. Pero para los franceses haber encontrado una figura de este calibre supone una explosión de júbilo porque hace 22 años que no consiguen ganar un título del Grand Slam: el último que lo consiguió fue Yannick Noah, en 1983 y precisamente en Roland Garros. Todos los técnicos que le han seguido aseguran que tienen un auténtico diamante. Fue campeón mundial júnior en 2002 tras imponerse en Roland Garros y el Open de Estados Unidos. Y no le costó integrarse en el circuito profesional. Pero sí dar el salto de calidad que todos esperaban. En realidad, lo consiguió hace sólo un par de meses, en el torneo de Montecarlo, cuando venció al número uno mundial, el suizo Roger Federer, en los cuartos de final antes de perder contra el propio Nadal en las semifinales en un gran partido: 6-7 (6-8), 6-4 y 6-3. Después ha proseguido su excelente marcha disputando la final de Hamburgo y ya es el 32º del mundo, su mejor clasificación. Nadal es el quinto y lleva ganados cinco títulos, dos de ellos correspondientes a los Masters Series: Montecarlo y Roma.

"Tendré que hacer un partido fabuloso para ganar a Nadal. Si no, perderé", reconoció Gasquet, cuya conferencia de prensa giró en torno a su próximo enfrentamiento; "lucha por cada punto, corre a por todas las bolas. Es su fuerza: pega muy fuerte a la pelota y no falla nunca. Por suerte, sólo hay un Nadal en el circuito. De lo contrario, no sería fácil dedicarse a esto".

Un gesto característico de Rafael Nadal.
Un gesto característico de Rafael Nadal.REUTERS

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