Vocación de modernidad para un arte arraigado
El Museo del Baile Flamenco de Sevilla abrirá sus puertas con una decidida vocación de modernidad. El director de proyectos del museo, Kurt Grötsch, presentó ayer las características arquitectónicas de este recinto. "El espíritu del museo es el encuentro de un arte arraigado en esta tierra, una seña de identidad, con un lenguaje expositivo moderno", explicó Grötsch. "El museo se inscribe en las nuevas economías: economía de estética y, sobre todo, economía de la experiencia. Ante todo va a ser un museo con una coreografía de experiencias globales", dijo.
El director de proyectos recordó que "la ley de los Museos de 1984 es bastante moderna" y que "habla no de un depósito de materiales, sino de la expresión viva de una cultura". "El museo tiene dos objetivos: comprender el baile flamenco y hacer sentir el baile flamenco", resumió Grötsch, que también hizo hincapié en la "función didáctica" del recinto a través de talleres infantiles, publicaciones y medios audiovisuales.
Grötsch describió las líneas principales de las plantas de las que constará el recinto, que condensan un completo abanico de todas las expresiones y matices del baile flamenco. En el sótano estarán situados los talleres de baile y los talleres infantiles. Habrá asimismo espacio para exposiciones temporales. En la planta baja se ubicará la tienda, un "espacio del conocimiento" y una escuela del baile. Un patio será concebido como un lugar para la meditación.
La primera planta será "el corazón" del museo. En ella se expondrán sus contenidos. Se describirán los orígenes del flamenco, sus palos principales y el desarrollo social que ha experimentado el baile. En una de sus salas habrá objetos vinculados al baile flamenco, como trajes y guitarras. La segunda planta contendrá espacios para talleres infantiles, conferencias, seminarios y exposiciones temporales.
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