Que son niños, no ladrones

Martes 18 de mayo. Madrid, plaza de San Andrés (Centro). Tres niños rumanos de 8 o 10 años son sorprendidos robándole el móvil a un individuo.

Mientras el agraviado interroga a uno de ellos con malos modos, el teléfono cae al suelo. Estaba claro que se lo había robado.

En ese momento él y varios hombres más agarran fuertemente a los niños, los retienen contra la pared y uno golpea a un chaval. Una mujer sale rápidamente en defensa de los niños y se interpone entre ellos y los hombres, que estaban ya fuera de sí.

Varias personas más intervenimos y comienzan a insultarnos. Las expresiones más suaves que se oyeron fueron del tipo "no son niños, son ladrones desde que nacen", "tú defiéndelos, ya verás cuando te violen", "cállate, zorra, que toda la culpa es vuestra", "así nos tienen el país", etcétera.

Después de unos minutos muy tensos, aparece la policía y nos aparta a todos los que estábamos alrededor.

Pregunta al propietario del móvil, a la mujer, detiene a los niños y aquí no ha pasado nada.

El individuo de los golpes se va por una esquina. Cuando vemos que esto ocurre, varias personas nos dirigimos a un municipal: "¿Pero se va a ir así el agresor? Son niños muy pequeños...".

Contestación: "Cállese, porque usted no sabe qué clase de gente es ésta" (¿los niños?, ¿los rumanos?). "Si quieren, denúncienlo".

No sé qué habrá ocurrido con los niños, pero, en cualquier caso, los responsables no son ellos, sino los adultos a cuyo cargo están, y hacia ellos deberían de ir las medidas necesarias para que esto no se vuelva a producir.

A los niños hay que protegerlos, si es necesario también de sus padres o de las personas que los utilizan para su lucro.

Triste país en el que a la menor oportunidad aflora la xenofobia, la insensatez y la violencia.