Degustación inglesa

Los últimos meses han puesto sobre la mesa de novedades un conjunto de novelas de excelente factura procedentes del área anglosajona. Para empezar por los clásicos, un libro que no tiene desperdicio: los Cuentos completos (Anagrama) de Truman Capote; gran narrador en distancias cortas (con la excepción de su extenso A sangre fría) y que en el cuento se maneja con envidiable fortuna; este libro nos proporciona la totalidad de ellos, lo que lo convierte en imprescindible. También imprescindible es un clásico tenido por uno de los mejores estilistas de su época en lengua inglesa, William H. Hudson, autor de La tierra purpúrea (Acantilado) -"uno de los pocos libros felices que hay en la tierra", según Borges- ; es el relato de un viaje por la Banda Oriental de Uruguay, bronco, tierno, bellísimo, de un poderío impresionante. Otros clásicos muy dignos de mencionarse son William Saroyan por partida doble (El joven audaz sobre el trapecio volante y la novela que lo consagró: La comedia humana -ambos en Acantilado-) y el autor de novelas de intriga Eric Ambler, cuyo Motivo de alarma (El Aleph) es un modelo perfecto de este tipo de literatura.

En cuanto a nuestros contemporáneos destaca sin duda V. S. Naipaul con Semillas mágicas (Areté), segundo libro protagonizado por Willie Chandran (el primero fue Media vida) que resume a la perfección los motivos centrales de su autor: el exilio y la busca de identidad en un mundo cuyo escenario se construye siempre por la relación entre riqueza y pobreza. Destaca también la recuperación de una novela de Don DeLillo, Jugadores (Seix Barral), historia de un par de jóvenes ejecutivos cuya indiferencia y frialdad se enreda con la violencia y la sublimación de situaciones generadas por una sociedad en la que ellos mismos son piezas del juego de supervivencia. Y hay dos libros que tratan de escritores: La noche del oráculo (Anagrama), del siempre exitoso Paul Auster, novela un tanto desarticulada, pero muy interesante, y la formidable Vieja escuela (Alfaguara), del que tengo por el mejor cuentista norteamericano actual, Tobias Wolf; una novela sobre la formación de un escritor, asunto que ya anidaba en un portentoso relato anterior.

Caso aparte es una novela-realidad contada con rotunda eficacia, Disparo al corazón (Turner), de Mikal Gilmore (hermano del Gary Gilmore que protagonizaba La canción del verdugo, de Norman Mailer); la historia de los Gilmore adquiere en manos de Mikal una verdad y una descarnadura confesional que alcanza una asombrosa fuerza expresiva; un relato impresionante. Y para postre se puede optar por los ácidos y atractivos relatos de Grace Paley (Cuentos completos -Anagrama-); por un libro con auténtico encanto inglés: Un mes en el campo (Pre-Textos), de J. J. Carr; y por una novela diferente, notable por un ingenio y una belleza expresivas que la distingue de inmediato; trata de la orfandad, el mar, el amor y los sueños: La niña del faro (Lumen), de Jeannette Winterson.