Cirugía de urgencia para Villaverde
La autora afirma que en la mayoría de los casos sólo el compromiso y la intervención de los vecinos han evitado espacios de mayor conflictividad y deterioro en la zona.
Los trágicos acontecimientos de Villaverde [la muerte de un joven a cuchilladas, el pasado día 2, y los posteriores incidentes de tinte xenófobo] y las consecuencias que de ellos se han derivado merecen, como mínimo, un ejercicio de reflexión y la adopción de compromisos inmediatos, no sólo desde la perspectiva de actuar sobre los efectos, sino también sobre las causas que los han originado. No se necesita ser un profundo conocedor de la realidad madrileña para concluir que determinados distritos y barrios de la ciudad requieren una actuación preferente y una discriminación positiva por parte de las administraciones de manera coordinada y contundente. La mera observación de la realidad nos indica la confluencia de problemas de distinta naturaleza en zonas específicas que afectan a las deficiencias en la vivienda, al estado de los espacios públicos o a los déficit en las dotaciones o en los servicios.
Durante los últimos años, los distritos del sur y del este, y en particular Villaverde, sufrieron una de las reconversiones industriales con más de 25.000 puestos de trabajo perdidos en 20 años. Nunca se consideró como tal ni contó con expectativas y planes alternativos de empleo y desarrollo. De este modo se convirtieron en zonas de claro deterioro económico a las que se les han ido aplicando medidas parciales sin estrategias públicas de fondo, es decir, se ha tratado de manera fallida de aplicar medidas coyunturales para solucionar problemas claramente estructurales.
En la actualidad, la concentración de población inmigrante o de necesidades especiales con procesos desordenados de realojo, el declive económico o del comercio y otros conflictos de distinta índole han convertido en crónica una situación de desigualdad. En la mayoría de los casos, sólo el compromiso y la intervención de los vecinos han evitado espacios de mayor conflictividad y deterioro. Villaverde, al igual que otros distritos, fundamentalmente del sureste, u otros barrios identificados en la ciudad por su deterioro, demuestran que esta realidad no es fruto de la casualidad.
Este modelo de desequilibrio consentido en la ciudad demuestra que el gobierno municipal, hoy el de Alberto Ruiz-Gallardón y antes el de José María Álvarez del Manzano, no han fijado el equilibrio territorial como prioridad política, económica y ética. Más bien, en estos años el PP ha planificado más desde la presión de los grupos de interés que desde una verdadera voluntad de intervención tendente al equilibrio, el bienestar social y la dinamización económica en estas zonas. Las asociaciones, coordinadoras de vecinos y otros colectivos han logrado programas de inversión y planes especiales, pero hoy sigue siendo imprescindible reivindicar una inversión extraordinaria y permanente, actuaciones que garanticen un impulso definitivo desde el punto de vista urbanístico, social, económico y ambiental.
Hay que erradicar la desidia que supone, por ejemplo, el abandono de la nave Torroja, los cuarteles militares del distrito también abandonados, o los procesos de rehabilitación incumplidos; hay que generar políticas activas de empleo y modernización de los polígonos industriales y el comercio. Hay que apostar por aglutinar en Villaverde centros tecnológicos de referencia e instalaciones culturales. Hay que dinamizar los servicios públicos, adecuar la educación, poner en marcha programas para jóvenes y adolescentes...
En definitiva, hay que adoptar un compromiso real y pensar en la ciudad, en sus distritos y en sus barrios con una contundente intervención pública para conseguir el equilibrio como referencia y la responsabilidad política como garantía. Éste es el verdadero valor y la exigencia de la política en el ámbito de lo local; lo demás es formar parte de lobbys de presión que fijan las prioridades en función de la rentabilidad económica propia y generan fracturas y desigualdades. Izquierda Unida ha venido reclamando con insistencia planes integrales para los distritos del sur y del este de Madrid.
Hoy, debido a la concatenación de los sucesos acaecidos en Villaverde, su urgencia cobra aún mayor protagonismo. Un plan especial para el distrito que prevea, con carácter imprescindible, fondos permanentes para la atención de estas zonas. En suma, un plan para que los barrios sean recuperados por y para los vecinos y para que se rescate el orgullo de ser de Villaverde.
Inés Sabanés Nadal es concejal, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid.
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