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Acebes acusa al Gobierno de manipular a la policía para detener a militantes del PP

Méndez se queja del "instinto cainita" instalado en las instituciones

La presidenta de la Comunidad y del PP en Madrid, Esperanza Aguirre, anunció que su partido pedirá hoy la ampliación de la querella que presentó por "detención ilegal" de dos de sus militantes -en relación con los incidentes ocurridos en una manifestación el pasado enero- para incluir "falsedad en documento público, abuso de autoridad y coacciones y amenazas". El secretario general del partido, Ángel Acebes, fue más allá al afirmar: "El talante del Gobierno socialista consiste en utilizar a la policía para meter en la cárcel a la oposición". El PP anunció que solicitará la dimisión del ministro del Interior, José Antonio Alonso.

La tensión política que mantienen el PP y el PSOE se acrecentó ayer a propósito del caso de la detención de dos militantes del PP de Las Rozas, el pasado 25 de enero, por presunta implicación en la agresión al ministro de Defensa, el socialista José Bono, durante la manifestación convocada unos días antes por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Francisco Granados, secretario general del PP de Madrid y consejero de Presidencia de la Comunidad, reclamó la destitución "inmediata y fulminante" del delegado del Gobierno en Madrid, el socialista Constantino Méndez. Granados justificó su petición diciendo que el delegado del Gobierno había anunciado "que se iban a producir unas detenciones de manera inminente, cuando ya se sabía que no se había producido ningún delito, no se había producido ninguna agresión, ni ningún intento de agresión". Esto, según Granados, es "una enorme irresponsabilidad" que deja a Méndez inhabilitado para el cargo.

Por su parte, el delegado del Gobierno afirmó ayer que él "no ordenó" la apertura de diligencias, ni la detención de persona alguna por estos incidentes, ni recibió instrucciones al respecto, ni interfirió en las actuaciones de la policía. Y advierte: "Quienes afirmen o insinúen lo contrario, simplemente mienten, faltan conscientemente a la verdad persiguiendo objetivos que nada tienen que ver con la justicia". Méndez reflexiona con pesimismo: "Las instituciones están siendo utilizadas para la confrontación política y se ha instalado un instinto cainita que deja escaso margen para las buenas intenciones".

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