La Generalitat exige al Gobierno central que negocie la supresión de títulos académicos
El consejero dice que los planes del ministerio van contra las normas de la Unión Europea
El consejero de Universidades e Investigación, Carles Solà, reclamó ayer a la ministra del ramo, Maria Jesús San Segundo, que paralice la actual reforma universitaria que prevé la supresión de carreras y vuelva a recomenzar el proceso. Solà exigió la participación de los gobiernos autónomos en la elaboración de la lista de titulaciones y también la de los sindicatos y la patronal. El consejero, que presidió ayer el Consejo Interuniversitario, defendió que la reforma de las titulaciones debe dar más flexibilidad a cada universidad para fijar las carreras que quiere impartir.
Solà presidió ayer en Tarragona la reunión del Consejo Interuniversitario, órgano que reúne las universidades catalanas, expresó su rechazo más "radical" al proyecto de reforma del mapa universitario que prevé la supresión de las carreras Historia del arte, Humanidades o Filología catalana.
Solà arremetió contra el concepto de catálogo, que juzgó excluyente porque aquellas titulaciones que no estén incluidas no serán oficiales, independientemente de la especificidad geográfica o lingüística de cada universidad. "Entiendo que en Castilla-la Mancha no interese estudiar Ciencias del Mar, pero ¿por qué no en Canarias o en Cataluña?", se preguntó el titular de Universidades.
El consejero consideró que la actual situación de competencias, en la que los gobiernos autónomos disponen de todas las competencias excepto la legislativa, ha llevado al "absurdo". Solà afirmó que el Ministerio de Educación, que no tiene responsabilidades sobre más universidades que la Universidad a Distancia, puede terminar hoy por hoy con titulaciones como Filología catalana.A juicio del consejero de Universidades, el actual procedimiento para elaborar el catálogo de futuras titulaciones es "absurdo". La decisión se toma en el seno del Consejo de Coordinación Universitaria, que se divide en subcomisiones, según la especialidad de cada miembro, y podría ocurrir que hubiera 25 médicos y ni un solo filólogo, por ejemplo, afirmó.
El consejero señaló que la subcomisión de Humanidades -la que ha propuesto suprimir los estudios de Filología catalana, Historia del arte y Humanidades- está formada por representantes de ocho universidades, cuatro de ellas son públicas y cuatro de la Iglesia, de las que únicamente dos imparten estudios de la rama humanística. "Dos universidades están decidiendo por 70", aseguró Solà.
El consejero de Universidades reclamó a la ministra de Educación que paralice el actual proceso de reforma universitaria y replantee el procedimiento "a fondo", con el objetivo de lograr "más flexibilidad" para cada universidad. Con la actual propuesta de catálogo de titulaciones universitarias se conseguirían 70 universidades "clónicas", dijo.
Con la apertura del procedimiento a los gobiernos autónomos y a los agentes sociales, el titular de Universidades pretende que las titulaciones ahora excluidas del catálogo tengan "los mismos derechos". Solà juzgó nuevamente "absurdo" que la propuesta de reforma discrimine entre titulaciones oficiales y titulaciones propias de cada universidad.
Por otra parte, Solà ha enviado a la ministra de Educación dos cartas en las que con un lenguaje más moderado, según dijo, le muestra su total disconformidad con la propuesta inicial de catálogo de titulaciones universitarias.
Esta reforma que impulsa el ministerio se enmarca en el desarrollo de los acuerdos de Bolonia, que prevén la creación de un espacio europeo de educación superior, para lo que es necesario que los Estados miembros de la Unión Europea apliquen políticas de convergencia en esta materia. La fecha prevista para su puesta en marcha es el año 2010.
Solà aseguró ayer: "Un catálogo de titulaciones restrictivo como el que impulsa el Gobierno central va en contra del espíritu de Bolonia, que tiene máxima flexibilidad para las universidades".
Por otra parte, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) emitió ayer un comunicado en el que se muestra convencida de que los estudios de Filología catalana, Humanidades e Historia del arte no desaparecerán.
Estas titulaciones, que la Universidad Autónoma de Barcelona califica en el comunicado como "de gran demanda y aceptación social", tienen garantizada, de momento, la continuidad en esta universidad, puesto que la dirección ha decidido este año aumentar la oferta de plazas y de horarios para la licenciatura de Humanidades.
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