La madre del joven asesinado subraya las causas "sociales y educativas" de la crisis

Después de la manifestación del pasado martes, María Josefa Carmona, entre lágrimas, sólo pudo llamar a la calma a sus vecinos: "Llevaos a vuestros hijos a casa, que no pase nada". Josefa seguía destrozada ayer por la muerte de su hijo Manu, de 17 años, apuñalado en una pelea por un joven dominicano, pero sacó fuerzas para hablar de lo que está viviendo Villaverde. Tras un funeral en memoria de su hijo -organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde trabajaba Emilio, el padre de Manu-, la mujer afirmó: "Todos somos culpables de lo que está pasando. Es un problema educativo y social. Se están perdiendo los valores de todas las religiones".

Para Josefa, la responsabilidad la tienen tanto maestros como padres e instituciones. Descartó que el crimen de su hijo se cometiera por motivos raciales y señaló que la inseguridad en el barrio ha aumentado. "Hay delincuencia y se sacan muchas navajas por menos de nada". Algunos de estos problemas los relacionó con la inmigración. "Viene gente desarraigada, con un bajísimo nivel cultural, para quienes la vida no tiene valor. Nosotros no educamos así a nuestros hijos", dijo a la salida de la iglesia de Santa Cruz.

El precio de las viviendas en Villaverde era, hasta hace poco, de los más bajos de Madrid, y la acumulación de pisos de realojo ha influido en la conflictividad del distrito, según Josefa. "Están metiendo la escoria porque son pisos muy baratos", afirmó.

Hasta ahora, Josefa y su marido apenas eran conocidos en el barrio ya que ambos trabajaban fuera. Ayer agradecieron el apoyo que sus vecinos les han brindado y se refirieron a la agresión sufrida por un periodista colombiano: "No era el mejor momento para hacer un reportaje cuando la gente estaba tan caliente". También pidieron al Ayuntamiento que se persone como acusación particular en el juicio por el asesinato de Manu.