Con la boca abierta
Creo que muchos catalanes han sufrido la misma reacción que yo. El anuncio de que el AVE Madrid-Valladolid podrá funcionar en 2007 nos ha dejado, otra vez más, con la boca abierta. Digámoslo claramente. Lo que sentimos se llama envidia, pero ésta es más que legítima. Se produce ante una situación que se puede definir de cualquier manera menos como lógica. Cabe recordar, de nuevo, que Barcelona es la segunda ciudad de España en población e importancia económica. Hay que remarcar, también, que la unión de alta velocidad con la frontera francesa no es sólo del interés de Barcelona, sino también del de Madrid y la Unión Europea.
Probablemente, la culpa del retraso en las obras del AVE Madrid-Barcelona-Francia sea responsabilidad tanto de la falta de iniciativa del Estado como de la eterna indecisión mostrada por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona en cuanto al trazado. En cualquier caso, los ciudadanos nos estamos cansando de tantas excusas. Vengan de donde vengan.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.