_
_
_
_

El Banco de España privatiza el sistema de pagos, que mueve 1,7 billones de euros al año

Los grandes bancos y cajas, que mantienen disputas sobre la presidencia, controlarán la sociedad

Íñigo de Barrón

Cada vez que una persona hace una transferencia o una domiciliación, se pone en funcionamiento un complejo sistema de ordenadores, el Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE). Hasta ahora estaba gestionado por el Banco de España, que ha decidido privatizarlo y dejarlo en manos de los grandes bancos y cajas de ahorro, si bien seguirá como garante del funcionamiento. El sistema, uno de los más eficaces de Europa, realiza más de 1.200 millones de transacciones al año, por 1,7 billones de euros. Bancos y cajas se disputan ahora la presidencia del consejo.

Más información
El Banco de España culmina la privatización del sistema de compensación electrónica

"El sistema de pagos español es la clave para el funcionamiento financiero de un país y el español es uno de los mejores del mundo", afirmó recientemente Francisco González, presidente del BBVA, la segunda entidad española. El sistema también es una de las piezas fundamentales para que las entidades sean eficientes (es decir, tengan bajos costes) y para que el sistema financiero sea sólido y fiable. En un momento en el que los costes son el principal caballo de batalla de la banca, controlar este sistema y determinar el precio de los servicios, cada vez más caros para los clientes, es una cuestión vital para el sector. Hoy, el 99% de los pagos entre entidades financieras se hace por ordenador.

Las cifras que mueve este sistema de pagos ponen en evidencia su relevancia. En los últimos siete años se ha multiplicado por dos el número de operaciones, (ya se hacen más de 1.200 millones al año) lo que ha exigido inversiones para la modernización de este sistema de ordenadores.

Hace un año empezaron las discusiones entre entidades por hacerse con el control del SNCE. Bancos, cajas y el supervisor coincidieron en que no tenía sentido que la gestión del sistema de pagos siguiera en el Banco de España, en contra de las tendencias europeas. El supervisor se mostró de acuerdo, si bien puso como condición quedarse como garante del buen funcionamiento del mismo.

Empate en el consejo

La Ley de Acompañamiento de 2004 recogió este proyecto, que estableció que el sistema de compensación pase a ser una sociedad anónima por acciones. La representación en el Consejo de Administración se establece en función del número de operaciones que cada entidad realiza a través del SNCE, por lo que son los grandes los que dominan el máximo órgano de gestión.

En el caso de las cajas, han acordado que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) tenga tres miembros del Consejo en representación de las 37 entidades pequeñas. El resto de las cajas presentes son: La Caixa, con dos miembros; y Caja Madrid, Ibercaja, Bancaja y Caixa Catalunya, con un consejero cada uno. Por los bancos está el BBVA, con tres miembros; el Santander, con dos; y Banco Popular, Banesto, Bankinter y Sabadell, con uno cada uno. Además, el Banco Cooperativo de las Cajas Rurales tiene otro más. El Banco de España, como responsable legal de su funcionamiento, cuenta con un representante. En total, 20 consejeros: nueve de los bancos, nueve de las cajas, uno del Banco Cooperativo y otro del supervisor.

Aparentemente todo estaba acordado y consensuado con el Banco de España para que, la semana pasada, se eligieran los máximos cargos de la empresa. También se estableció que la presidencia y la vicepresidencia fuera rotatoria cada dos años. Sin embargo, cuando llegó la hora de la votación, surgieron las discrepancias. Según fuentes bancarias, el acuerdo era que el primer presidente fuera Javier Santamaría, del Santander, con la vicepresidencia de la CECA, el siguiente del BBVA, y después, de La Caixa. Pero, en opinión de estas fuentes, el Banco de España no quiso que la CECA ocupara la vicepresidencia y, por sorpresa, La Caixa exigió ocupar el primer puesto, argumentando que las cajas de ahorros representan más del 50% del sistema financiero. Los bancos se oponen a la presidencia de las cajas porque creen que no impulsarán con fuerza las reformas que necesita este sistema. No hubo consenso y se levantó la sesión hasta la próxima reunión.Para las cajas de ahorros, el problema es otro. Ellas dicen contar con el apoyo del Banco Cooperativo y representar a más del 50% del sistema, por lo que creen que deberían ocupar la presidencia. Además, en el anterior consejo del SNCE, tenían una representación inferior a los bancos, situación que quieren reparar ahora.

Sin embargo, "en aras a un entendimiento", según las cajas, "hemos preferido volver a sentarnos con los bancos", comentan. El representante del Banco de España, vigila, pero no vota y se mantiene neutral, sin duda moviendo los hilos por detrás. La presidencia es un puesto clave porque marca la agenda y las prioridades del SNCE, entre las que se encuentran la política de precios y comisiones.

Las viejas cámaras

El sistema de pagos actual es el heredero de las vetustas cámaras de compensación bancarias que ya funcionaban desde 1980. En España había más de setenta, según explica Luis Tortosa, de la oficina de Informática y Organización del Banco de España, en un artículo publicado en 1999. Estas cámaras compensaban cheques, pagarés de cuentas corrientes, recibos y domiciliaciones "de forma manual". Incluso se trasportaban físicamente los cheques de una ciudad a otra para verificar los fondos, lo que ocasionó que la Guardia Civil detuviera alguno de estos furgones por pensar que era un trasporte ilegal, reservado al Servicio de Correos.

Estos sistemas "costosos y lentos", según Tortosa, empezaron a modernizarse bajo el paragüas de las sociedades de medios de pagos, como Sermepa (Visa y Servired), 4B y la CECA. Los responsables de las entidades eran conscientes, a mediados de la década de los ochenta, de la necesidad de crear un único sistema de compensación.

El soporte magnético fue el siguiente paso, que se realizaba desde centros de Madrid, Barcelona y Bilbao. Tuvieron que pasar 11 años desde la primera validación de un documento en este soporte, en 1983, para que todos los efectos bancarios se realizaran por este sistema, en 1994.

Sin embargo, desde 1991 ya se vió que el futuro pasaba por crear un sistema nacional de compensación electrónica y el Banco de España se hizo con la gestión de esta sociedad. En noviembre de 1996 desaparecieron todas las cámaras de compensación para desembocar en el método actual, en el no se mueve un solo papel.

El conflicto ING de fondo

La privatización del sistema de pagos español llega poco después de la polémica por la domiciliación de recibos entre ING Direct y el resto de la banca.

Los principales bancos y cajas de ahorros presionaron al Banco de España para que terminara con un sistema que utilizaba ING Direct, que consistía en domiciliar pagos en cuentas de otras entidades. La banca acusaba a la entidad holandesa de fraccionar las domiciliaciones para que sean inferiores a 6.000 euros cada una y así evitar pagar comisiones. Tras seis meses de discusiones, el organismo dirigido por Jaime Caruana cedió, en parte, a la presión y rebajó hasta los 3.000 euros las domiciliaciones gratuitas. Las superiores a ese dinero, se considerarán transferencias, por lo que pagan las comisiones que cada entidad establezca, ya que hay libertad de precios.

En pocas semanas, las entidades financieras controlarán el sistema de pagos, y quizá sea presidido por La Caixa.

Precisamente han sido su presidente, Ricard Fornesa, y el director general, Isidro Fainé, los más combativos contra ING Direct. En enero pasado pidieron "que se cambien las normas del sistema porque unos viven cómodamente utilizándolo sin pagar sus costes".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_