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Crónica:FÚTBOL | 35ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Raúl revive sus mejores tiempos

El Madrid golea al Racing en un encuentro presidido por la perfecta conexión del capitán con Ronaldo

Santiago Segurola

La conexión Raúl-Ronaldo funcionó como un reloj y se acabó el partido, perfectamente ganado por el Madrid. Ganó con mucha autoridad al Racing, que es un equipo con tendencia a despistarse. No suele jugar mal, y a veces aprovecha la velocidad de sus numerosas medias punta, chicos ligeros que se mueven por todo el frente de ataque. Esta vez casi dieron la razón a sus detractores, los que consideran que un media punta es medio jugador. De los despistes del Racing habló mejor que nada el primer gol del Madrid, la típica jugada que detestan los entrenadores. Una falta favorable al Racing se convirtió en un contragolpe letal del Madrid, perfectamente interpretado por Raúl y Ronaldo. El tanto lo anotó Owen. Fue la única noticia del jugador inglés en el partido. De Raúl y Ronaldo hubo noticias constantes. Uno, porque tuvo el don de la ubicuidad; el otro, porque destrozó la defensa del Racing cada vez que encendió los motores. Sobre ellos construyó el Madrid una victoria que le mantiene en el combate por el título.

REAL MADRID 5 - RACING 0

Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera (Pavón, m. 46), Samuel, Roberto Carlos; Beckham (Guti, m. 73), Gravesen, Zidane (Figo, m. 73); Raúl; Owen y Ronaldo.

Racing: Aouate; Regragui, Oriol, Moratón, Bertín, Ayoze; Morán, Anderson, Regueiro (Arizmendi, m. 68); Benayoun (Jonatan, m. 73) y Javi Guerrero (Aganzo, m. 68).

Goles: 1-0. M. 28. Owen marca a placer tras una gran jugada de Raúl. 2-0. M. 35. Ronaldo, de penalti. 3-0 M. 53. Raúl, tras un fallo de Aouate. 4-0. M. 71. Raúl, de disparo cruzado. 5-0 M. 90. Ronaldo, a pase de Figo.

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Helguera, Beckham, Aouate, Regragui, Moratón, Oriol y Salgado.

78.000 espectadores en el estadio Bernabéu.

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Un equipo contragolpeador

Fue la noche de Raúl. Revivió sus mejores días en todos los aspectos. Su impresionante despliegue físico estuvo acompañado por una viveza que no ha sido habitual esta temporada. Jugó en todas las zonas del campo y en todas fue decisivo, pero a esta cualidad añadió el regresó a su vieja condición de goleador implacable. Marcó dos tantos, dos goles de jugador tranquilo, con remates precisos, buscando los rincones, sin rastro de la ansiedad que tantas veces le ha traicionado este año. Jugó con un optimismo contagioso, en la versión que hizo de Raúl el mejor futbolista español con diferencia.

Uno de los misterios del Madrid ha sido la escasa asociación entre Ronaldo y Raúl, como si no mezclaran bien en el campo. Quizá porque Ronaldo invita a un tipo de jugada que resulta muy cómoda, la función de Raúl había perdido brillo. Cuesta creer que dos futbolistas inteligentes, goleadores, de características muy diferentes, no logren encontrarse con frecuencia. Pero así ha sido en las tres últimas temporadas. Y nadie lo ha sufrido más que Raúl, incómodo en un juego que anima a buscar la explosiva velocidad de Ronaldo desde cualquier parte del campo. Pero frente al Racing se vieron las mejores versiones de los dos jugadores. Raúl se sintió importante en el partido, comenzó a gobernarlo y terminó por decidirlo con sus pases y sus goles. Al fondo casi siempre apareció Ronaldo, extremadamente temido por la defensa del Racing. Con razón. En su estado actual, Ronaldo resulta imparable. Cada una de sus arrancadas tiene un grado de violencia que no admite respuesta. En el primer tanto surgió como un búfalo, aprovechó el excelente pase de Raúl y dio el gol a Owen, que es un jugador vulgar y un delantero con olfato en el área. Eso significa que su participación en el juego oscila entre nula e intrascendente.

Ronaldo es otra cosa. No suele participar mucho en el trámite del juego y está para finalizar las cosas. Pero, a diferencia de Owen, impone un miedo casi irresistible a las defensas rivales. Le temen allí donde le vean. Eso sólo ocurre con los futbolistas superiores. Ronaldo lo es. Si el Madrid está todavía en la pomada de la Liga es por este delantero letal. Su tarjeta en los últimos cinco encuentros es un monumento al gol. Ahora mismo ha entrado en una fase voraz que coincide con la excelente racha de victorias del Madrid, que ha ganado los últimos siete encuentros.

No hubo más partido que el decretado por los dos grandes protagonistas del Madrid. Casillas, tantas veces exigido, se tomó el día libre. Eso también es noticia. Casillas siempre tiene trabajo. En Chamartín y fuera. En partidos importantes y en los intrascendentes. En cualquier fecha del año. Frente al Racing sólo se estiró una vez. Los medias punta rivales no lograron confundir a los centrales del Madrid, que a veces se ofuscan cuando se les saca a terrenos donde sufren. No fue el caso. El Madrid ganó todas las fases del encuentro: cuando jugó al ataque, cuando jugó al contragolpe, cuando el partido fue malo y cuando tuvo destellos de calidad. Fue tanta su autoridad que nadie reparó en debates. A Guti se le ovacionó cuando salió en la segunda parte. Pero fue el aplauso a los servicios prestados la semana anterior, no la exigencia de su titularidad. Como la victoria era abultada, Ronaldo tenía ganado al personal y la hinchada vibraba de nuevo con Raúl, el ambiente era tan amable que todo el mundo se sentía querido. También Figo, que salió junto a Guti y se permitió un pase sensacional en el último tanto del Madrid. Un pase poco común. Un pase a Ronaldo, que cerró la jugada con un empaque de jugadorazo. Pero eso se sabe desde que llegó al fútbol.

Ronaldo y Beckham abrazan a Owen tras su gol.
Ronaldo y Beckham abrazan a Owen tras su gol.MANUEL ESCALERA

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