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Columna
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Bru de Sala, eres nuestro guía

Leo hasta el final y sin desfallecer el último y magistral artículo del columnista Xavier Bru de Sala en La Vanguardia. La lección de esta semana versa sobre lo poco que se entera Josep Maria Espinàs. Al menos, es lo que he creído entender porque Bru no suele poner nombres cuando da sus magníficas lecciones. Así que juzguen ustedes mismos gracias al párrafo que les copio. (Disfruten del peculiar y atrevido uso de los reflexivos y disfruten de la metáfora). Dice: "En casi tres décadas hemos descendido tantos escalones que debemos contarlos por pisos. Ved si no, su equivalente de Pla en la literatura catalana de este principio de milenio no es otro que un sucedáneo de escritor, viajante alérgico a documentarse; los homenots de hoy son viajes a pie sin enterarse, a cuyo autor se apresuraron en homenajear al darse cuenta de que compartía con el resto de iletrados, más jóvenes, el desprecio por la formación del escritor a base del patrimonio propio y universal".

Gracias, Bru. Yo, hasta hoy, consideraba a Espinàs un escritor excelente. Por suerte, la clarividencia brudesalesca ha conseguido que cambie de opinión, igual que lo consiguió en las semanas anteriores. Así es. Cuando Bru de Sala declaró que el catálogo de la editorial Quaderns Crema no estaba a la altura de la excelencia literaria que él propugna, por ejemplo, creí morir. No olvido que Bru tiene una larga, por no decir dilatada, experiencia en el mundo de la edición, y sabe de lo que habla. Él fue el responsable de Llibres del Mall, que, de acuerdo, fracasó, pero porque el caprichoso mercado, con sus leyes liberales, no estuvo a la altura del país.

Lamentablemente, Quaderns Crema acaba de merecer la Medalla de Oro al Mérito Cultural de la Ciudad de Barcelona, cosa que sólo indica la desorientación del alcalde y su gabinete. Como es natural, todos esperamos que Bru de Sala les ponga en vereda una semana de estas, con alguno de sus agudos artículos, que el público catalán sigue con fervor. Asimismo, espero que La Vanguardia, periódico que acoge la cátedra de Bru, rectifique también. Me sabe mal recordarles que el suplemento Culturas destacó como mejores obras del año 2004 a algún que otro librucho del catálogo de Quaderns Crema. ¿No deberían rodar cabezas?

Por desgracia, no todos lo ven como yo. Hay algunos lectores pusilánimes que, cuando Bru dice que alguien no se entera, no se lo tragan. Es lógico. Y para todos ellos, yo tengo un sistema infalible para hacerles comprender lo que es la excelencia. Nada mejor para saberlo que leer las obras del propio Bru. Disfruten, por favor, de las inimitables rimas de los poemas de su obra maestra La fi del fil o emociónense con su adaptación -tan libre- de la obra de teatro La Perritxola. En ella, Bru demuestra todo su genio. Pasa por encima de la tradición satírica catalana (esos indocumentados como Pujols, Carner, Capri, Pitarra o Guerau de Liost) y entronca con la innovación formal de humoristas de prestigio como Los Morancos. Yo todavía no he podido olvidar ese fragmento de la obra en que un personaje hace un innovador juego de palabras basado en el apellido de la esposa de José María Aznar. La frase -cito de memoria- dice aproximadamente: "Doncs, en aquest cas, em tiraré a la botella!". (Quiere decir que el hombre bebe). A ver si toman nota los que no se enteran. De nuevo, gracias, Bru.

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