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Reportaje:

La arquitectura de lo 'normal'

El arquitecto David Chipperfield aboga en Valencia por la innovación y tradición frente a los edificios espectaculares

Sara Velert

Son tiempos "peligrosos" para la arquitectura. Ha logrado atraer el interés creciente del público, pero también se ha convertido en muchos casos en "herramienta de promoción" -como el Guggenheim para Bilbao-, en la que los profesionales buscan fijar su marca en edificios novedosos que impacten al espectador, mientras se relega la identificación y relación de las construcciones con los usuarios. Ésta es la idea principal, a la par que aviso, que lanzó ayer el arquitecto británico David Chipperfield a los estudiantes que acudieron a la conferencia que impartió en la Universidad Politécnica, rodeada de expectación por su participación -junto al arquitecto madrileño Fermín Vázquez- en el concurso construir un edificio y un parque en la dársena del puerto de cara a la Copa del América de 2007.

"El 99,9% de la arquitectura trata con lo normal, con las rutinas de la vida cotidiana", eso es lo que debe "preocupar" al profesional, resaltó Chipperfield a modo de premisa. Frente a la "obsesión" por lo espectacular y novedoso, el arquitecto británico buscó transmitir el gusto por el contacto físico y sensitivo con la arquitectura, la intimidad del usuario con los edificios y su diálogo con el entorno. "La arquitectura debe confiar en la memoria y familiaridad, no sólo en la sorpresa", explicó Chipperfield, para quien la innovación y la tecnología son una "oportunidad", pero "la idea de buscar algo nuevo no es suficiente" para diseñar un edificio de calidad.

En sus diseños, Chipperfield busca la relación y el equilibrio entre la "invención" y la "memoria o tradición", entre lo "normal" y lo "especial". El proyector del salón de actos convirtió estos principios en imágenes del interior de comercios; muebles; en museos que conectan zonas ciudades con sus ríos; un cementerio en Venecia; juzgados en Salerno, viviendas privadas en Galicia, Japón o Inglaterra que destacan por la conexión del interior y el exterior a través de grandes ventanales, soluciones arquitectónicas modernas que superan la distancia o el rechazo del usuario. Un repaso a una trayectoria reconocida en una veintena de concursos nacionales e internacionales ganados, el Premio Andrea Palladio, entre otros, y edificios en un sinfín de ciudades, y que ahora se centra en recuperar de las ruinas del Neue Museum de Berlín.

En una ciudad que se prepara para albergar la Copa del América de 2007 y lanza proyectos que atraen a otros grandes arquitectos, Chipperfield insistió en desplazar del primer plano los hitos arquitectónicos, los símbolos que crean imagen sumando alturas pero se distancian de la sociedad. Chipperfield no desveló detalles de la propuesta que ha diseñado junto a Fermín Vázquez para la unión temporal de empresas de Necso, Roveralcisa y Lic, que concurre con otras siete al edificio de invitados, parque público y aparcamiento de 800 plazas en la dársena interior del puerto. Pero sí fijó de nuevo sus premisas tras la conferencia al destacar que el edificio que ha diseñado, una obra arquitectónica "con fuerza", no cambiará el puerto ni Valencia, porque la gran transformación será la conversión de una zona industrial en un área de ocio con un gran parque, un lugar para ver las regatas y vivir la cercanía del mar, el sol y la playa. "La luz y la sombra" serán dos conceptos claves en su propuesta, que competirá con la de arquitectos como Jean Nouvel, el equipo alemán de GMP Internacional, Alejandro Zaera o los valencianos José María Lozano y Carlos Meri. La relación "de la ciudad y el mar, un lugar para ver el horizonte" preside la idea del proyecto, añadió Fermín Vázquez al final del acto.

Alejado de la fijación por lo emblemático y el espectáculo ha trabajado también el equipo "coral", joven y de distintas nacionalidades dirigido por José María Lozano, que centra su propuesta en el futuro, más allá de 2007, cuando este espacio se convierta "en una extensión natural de la playa de las Arenas" y se recupere para el ocio ciudadano.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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