Conflictos de pareja

He aquí un montaje más bien ecléctico, que lo mismo cita algunos fragmentos del dramaturgo Heiner Müller que pregunta al público por su opinión sobre el caso Michael Jackson, sin olvidar en ocasiones cierto regusto por lo escatológico (tampones usados en la nariz y el oído del protagonista, preservativo igualmente usado en la boca, etcétera), en un tal vez adolescente afán de transgresión que incluye alguna que otra masturbación fingida y alguna broma más o menos sangrienta sobre la tomatina de Buñol, comentada por los actores a partir de su proyección en pantalla. Todo al hilo de una especie de recorrido, o por su manifestación, de los conflictos de una pareja que o bien no sabe cómo romper su relación o bien recurre a cualquier clase de artimaña para tratar de mantenerla en pie. Rafa Linares y Cristina Núñez hacen un auténtico, y difícil, tour de force en sus interpretaciones, ya que son numerosos los registros que utilizan y muy rápidos los cambios de situación, en un derroche a menudo agotador (sobre todo en Rafa Linares) que sería más meritorio de haber tenido algo más atado que contar.

La jornada terminó por la noche en el teatro Principal, con la presentación de la muy rodada Dalidance, de la compañía Metros, donde se rinde homenaje al llamado genio de Cadaqués a cuenta de sus colaboraciones escenográficas con Leonide Massine y el diseño de vestuarios y telones para algunas producciones de danza (también hizo alguna falla). Es el punto de partida para un espectáculo que indaga en los propósitos del surrealismo, los mitos sobre el amor y la muerte, y la música enigmática de Franz Schubert. Por otra parte, el jueves se presentó en el Rialto Cuando muere un ángel, de Joshua Cienfuegos, donde se coreografía "una historia de sombras y pasión, posesión y furia, en la que la sombra de los ángeles preludian o acompañan el deseo con un fondo sonoro de música clásica y jazz de los años veinte y treinta", al decir de sus autores.