_
_
_
_
Signos

'Oraciones' muestra el vínculo de Rusiñol con Granada

Las impresiones del artista y escritor catalán Santiago Rusiñol sobre diferentes aspectos que consideraba como "los momentos venturosos" que goza el ser humano "mientras la vida sigue adelante" han sido recopilados en el libro Oraciones (Ellago Ediciones), traducido y prologado por Lourdes Sánchez Rodríguez, profesora de Filología Catalana en la Universidad de Granada. El amplio estudio que la investigadora presenta en el epílogo del libro analiza con detenimiento la relación de Rusiñol con Andalucía, especialmente con Granada, y con personajes destacados de su vida cultural entre los que se encontraba el escritor Ángel Ganivet.

La primera visita de Rusiñol a Granada se produjo en 1887 y, en opinión de Sánchez Rodríguez, propició un "giro estético" en la obra del artista. Durante el poco más de un mes que estuvo en la ciudad, alojado en la fonda Siete Suelos, se vio seducido por su arquitectura y sus jardines. Además del impacto que le causó la Alhambra, Rusiñol se interesó de una manera especial por el flamenco, al que relacionó con "la melancolía del espíritu y la expresión de la tristeza", pero siempre con cierta ironía tratando de huir de "todo lo que el flamenco pudiera tener de folclórico".

Tercera visita

Ya a finales del siglo XIX, aquel artista catalán no era un viajero romántico de los muchos que habían inundado la ciudad años antes. Más bien se podía entrever la figura de un intelectual "al que le interesaba transmitir en sus trabajos lo que aún permanecía vivo en los paisajes y que sólo su mirada podía captar", afirma la investigadora. Ocho años después de su primera visita, Rusiñol emprendió un nuevo viaje acompañado de un grupo de amigos pintores con quienes alquiló un carmen en la subida al Generalife con el propósito de encontrar nuevas posibilidades en torno a la luz. Pero será su tercera visita la más recordada por lo que guarda de simbólica. En 1897 el pintor regresa a Granada y mantiene una serie de encuentros con Ángel Ganivet y la conocida tertulia del llamado Grupo del Avellano. Los dos autores se habían conocido unos meses antes en la localidad catalana de Sitges. Encantado por la obra del pintor barcelonés Ganivet llegó a escribir: "Rusiñol es el pintor de nuestros cipreses, el devoto de la melancolía de nuestra ciudad".

Precisamente de esa extraña melancolía que recorre los jardines de Granada se llena Oraciones, un libro que constituye no sólo una clara apuesta por la naturaleza y su enmascarado encanto espiritual, sino un símbolo de toda una ideología que niega el progreso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_