Benedicto XVI reclama empleos para todos, y especialmente para los jóvenes

Benedicto XVI se asomó ayer por primera vez a la ventana del apartamento papal en el palacio pontificio y habló, con motivo del Primero de Mayo, Día del Trabajo y festividad de San José, de la importancia del empleo para los jóvenes. "Deseo que no falte el trabajo, especialmente a los más jóvenes, y que las condiciones laborales sean cada vez más respetuosas hacia la dignidad de la persona humana", dijo.

El papa Joseph Ratzinger evocó, como hasta ahora ha hecho siempre en sus elocuciones, a Karol Wojtyla: "Me dirijo a vosotros", empezó, "por primera vez desde esta ventana, que la amada figura de mi predecesor hizo familiar a incontables personas del mundo entero. Domingo a domingo, Juan Pablo II, fiel a una cita convertida en amable costumbre, acompañó durante más de un cuarto de siglo la historia de la Iglesia y del mundo, y nosotros le sentimos más cerca que nunca".

Ante una multitud cercana a las 40.000 personas, Benedicto XVI afirmó que el cristianismo debe estar presente en el mundo sindical. "La fraternidad cristiana", indicó, debe ser "uno de los valores del trabajo y la vida social, para que la solidaridad, la justicia y la paz sean los pilares sobre los que se construya la unidad de la familia humana".

El pontífice recordó que ayer se celebraba en la Iglesia ortodoxa la resurrección de Cristo y lanzó un nuevo llamamiento a favor de la unidad de las iglesias cristianas. También invocó la paz en los países castigados por conflictos bélicos, e hizo especial referencia a la guerra civil de Togo.