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EL DÍA DE LOS TRABAJADORES

El buen tiempo y la paz social deslucen la manifestación

Lucía Abellán

La paz social y el guiño meteorológico convirtieron la marcha del Primero de Mayo por las calles de Madrid en algo muy diferente a otros años. El intenso sol que acompañó a los asistentes durante el recorrido contrastó con la jornada de nubes y paraguas vivida hace un año. Entonces, la tristeza del país tras el 11-M también impregnó la manifestación. Ayer, el ambiente fue más festivo, aunque también hubo recuerdos de los líderes sindicales para los fallecidos en la tragedia.

La marcha resultó tibia en todos los sentidos. En primer lugar, por la afluencia de manifestantes. Un cálculo optimista de los sindicatos cifró en 25.000 los asistentes, aunque la Policía municipal rebajó esa impresión a unos 5.000. No fue el único elemento que restó intensidad. Las consignas resultaron escasas y previsibles. Los manifestantes se limitaron prácticamente a corear el lema oficial, "Más empleo estable, mejor protección social" y el clásico "Viva la lucha de la clase obrera". Atrás quedaron las ingeniosas proclamas que otros años se dirigían especialmente a los ministros económicos del Gobierno del Partido Popular, como Rodrigo Rato (Economía) o Eduardo Zaplana (Trabajo).

A falta de un elemento de peso que impusiera la concordia -el año pasado fue el terrorismo- varios grupos de descontentos aprovecharon la manifestación para increpar a los convocantes, UGT y Comisiones Obreras. Un grupo de ex trabajadores de Sintel siguió persiguiendo, aunque de forma pacífica, a José María Fidalgo.

Gritos en contra

Más distorsionador resultó un grupo que, con el nombre de Corriente Roja, clamaba contra la "burocracia sindical" y reprochaba a los sindicatos mayoritarios que no los representan. Junto a ellos, varias personas que portaban carteles con el nombre ATRAIE, una asociación de trabajadores inmigrantes en España, pedían "papeles para todos" y criticaban la Ley de Extranjería.

La nota más colorista se produjo al comienzo de la manifestación, cuando dos personas escalaron hasta los brazos de La Cibeles con una bandera republicana e hicieron a la diosa portadora de este emblema.

Además de la marcha de CC OO y UGT se celebraron en Madrid otras concentraciones. La del sindicato USO reclamó una protección social eficaz. Su secretario general, Benito López, aseguró que el Gobierno "no ha dado la talla en política laboral". La CNT protestó por la precariedad en el empleo y los accidentes de trabajo.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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