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Crónica:FÚTBOL | 34ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Eto'o aúpa al Barça

Un gol del ariete acaba con el inesperado sufrimiento del equipo azulgrana, incapaz hasta entonces de tumbar al Albacete

Ramon Besa

Una vez que el Madrid ha decidido llevar la Liga a una cuestión personal, más que nada porque el Barça le ha abrumado colectivamente, Eto'o acreditó ayer que está dispuesto a discutirle también el protagonismo a Ronaldo, y de momento el camerunés comanda el pichichi. Un golazo del ariete barcelonista desatascó un partido muy perro, más que nada porque la victoria se daba por descontada ante un rival que pinta muy poco, y puso el campeonato a tiro de piedra. Así lo entendió su hinchada, que salió del estadio al grito de "campeones, campeones", aliviada por el resultado, satisfecha por la respuesta de su equipo, convencida de que el título caerá en cualquiera de las cuatro jornadas que quedan en disputa porque sólo le separan seis puntos.

BARCELONA 2 - ALBACETE 0

Barcelona: Víctor Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Gio; Iniesta, Márquez (Motta, m. 61), Deco; Giluly, Eto'o (Messi, m. 87) y Ronaldinho.

Albacete: Valbuena; Santi, Gaspar, Agus, Mingo; Jaime, Viaud; Francisco (Iván Díaz, m.68), Pacheco (Peralta, m. 86), Peña; y Mark González (Rubén Castro, m.79).

Goles: 1-0. M. 66. Eto'o remata al palo largo y de primera un rechace desde la frontal del área y la pelota alcanza la red después de dar en el poste izquierdo de Valbuena.

2-0. M. 90. Ronaldinho habilita a Messi, que se queda frente al portero y le supera por alto con una preciosa vaselina con la zurda.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Puyol, Santi, Agus, Pacheco, Eto'o, Deco y Peña.

Camp Nou: 91.174 espectadores.

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Aunque aún haya tela que cortar, hay victorias apretadas, alcanzadas en partidos desagradables, que cuentan más que cualquier goleada conseguida en jornadas de bonanza. La de ayer fue especialmente celebrada por deseada y sufrida. El Barcelona tardó más de una hora en responder a su condición de líder y favorito. La perseverancia, ambición y calidad del artillero le llevó hasta donde no pudo la colectividad. La clarividencia de Eto'o resolvió la confusión de defensas, medios y delanteros, que mostraron signos de flaqueza en un partido que no admitía medias tintas, después que el Madrid no se rindiera ni en Anoeta.

Al Barça le llevó un tiempo entrar en el partido, entre otras cosas porque notó la ausencia del sancionado Xavi. No hay un futbolista que tenga mejor sentido del juego colectivo en el plantel azulgrana que el volante internacional catalán. Xavi toca, abre, rompe, profundiza, remata y, sobre todo, le da cuerpo al equipo. Hombre orquesta por excelencia, tira el hilo y sus compañeros lo recogen o estiran de manera automática, independientemente del dispositivo del rival. El Albacete se tapó mucho y bien, y entre lo que no dejó hacer y lo que no hizo el Barça, el partido estuvo largo rato en punto muerto.

No fue culpa de Iniesta, sustituto de Xavi, que al Barcelona le faltara ritmo, velocidad, desmarque y jugara preferentemente al pie. El enganche es un futbolista ejemplar porque jamás comete un error. Jugador escrupuloso, con y sin la pelota, no tiene, sin embargo, el impacto sobre el equipo que provoca Xavi. Iniesta aumentó el tono correcto del Barça en un partido que demandaba picos. No se trataba de madurar el encuentro sino de resolverlo cuanto antes. Ocurría, sin embargo, que el Barcelona sólo enfocaba la portería del Albacete desde la media distancia. Al descanso se llegó con empate a cero, tan insustancial como el juego, únicamente alterado por dos diagonales de Giuly; una llegada fallida de Eto'o, perdido en el margen izquierdo; y los arabescos de Ronaldinho, empeñado en taladrar la zaga contraria por el ombligo de los centrales, muy cómodos ante el ataque frontal azulgrana, falto de extremos y de fútbol por las bandas.

El exceso de solistas, el empeño en disputar once partidos por separado, facilitó el trabajo del rival, envalentonado por la fiereza de Mark González, un punta que exigió a Valdés en un decisivo mano a mano. La dormidera azulgrana era cada vez más preocupante. A la falta de determinación y exceso de tensión le siguió la precipitación, y el Barça no encontraba la manera de marcarle un gol al Albacete para berrinche de la hinchada, que para nada entendía la negación de sus futbolistas, sin pizca de nervio, sorprendentemente vulgarizados en un partido decisivo y que demandaba una prueba irrefutable de madurez.

Jaleado por la afición, el Barcelona achuchó mucho nada más regresar al campo en la segunda parte y decidió que, si no había más remedio, el partido se resolvería por las bravas. Valbuena estuvo espléndido en los momentos en que los córners se amontonaron en el campo del Albacete. El Barça volvió a ser un equipo reconocible, por su forma de replegarse y desplegarse, por el ritmo que le dio al choque, por su manera de atacar la pelota. Aunque el partido demandaba de inmediato una marcha más, Rijkaard se tomó su tiempo y optó por recurrir a Motta en el puesto de Márquez. Insistía el Barcelona en las cosas de costumbre, y la confianza y perseverancia le redimieron nuevamente cuando más le apremiaba la necesidad. Eto'o porfió en su empeño por reventar la barriga del Albacete y, después de una pared frustrada con Ronaldinho, enganchó un remate terminal en la frontal del área, imposible para el portero, delicioso para su equipo, celestial para el aficionado barcelonista

Una decisión individual de Eto'o redimió nuevamente las dudas colectivas azulgrana. Los goles del camerunés han tenido para el Barcelona el mismo efecto que los de Ronaldo para el Madrid. Allá donde no se ha parado el equipo de Ronaldinho, se ha presentado el ariete, siempre protagonista, incluso ahora en que está fatigado y mermado por una lesión. El gol de Eto'o acabó con el suspense y liquidó la contienda. El Albacete se quedó quieto, como si le importara un rábano empatar o perder, y al Barcelona le bastó su agresividad defensiva para salvar el partido, rematado finalmente por un segundo gol, obra de Messi, precioso por su ejecución, digno de ser saboreado como pedía el día. Nuevamente exigidos, el Barça y Eto'o respondieron felizmente para sus aficionados.

Ronaldinho intenta avanzar con el balón perseguido por Gaspar.
Ronaldinho intenta avanzar con el balón perseguido por Gaspar.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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