El despegue que no llega

El despegue definitivo de la economía francesa deberá esperar otro año más. Según los pronósticos oficiales, el PIB galo crecerá sólo un 1,6% este año, siete décimas menos que en 2004. Las principales causas serán una reducción de la demanda interna y la incertidumbre sobre la llegada de las esperadas reformas estructurales que reduzcan el peso del Estado en las finanzas.

Francia y Alemania son hoy los países con mayor paro de la Unión Europea, y ambos representan en conjunto casi el 50% del PIB de la UE

Según los pronósticos oficiales, el producto interior bruto francés crecerá sólo un 1,6% este año, siete décimas menos que en 2004

El último informe del Instituto de Estadística y de Estudios Económicos de Francia (Insee) no es muy alentador, pero está en la línea de los pronósticos de los analistas privados sobre la evolución de la economía francesa. Según el Insee, el PIB galo crecerá sólo un 1,6% en 2005, siete décimas menos que el año pasado y levemente superior al registrado en 2002. Mientras el alza en el PIB de 2004 era una buena señal de la recuperación tras un 2003 de crecimiento cero, estos números vienen a confirmar que la economía francesa sigue sin despegar.

Esta vez el culpable ha sido, además de un precio del petróleo que está perjudicando la producción de todos los países desarrollados, el consumo interno que no será tan dinámico como en otros cursos y que sólo llegará al 2% este año, tras haber crecido un 2,5% en 2004. Los franceses están comenzando a sentir el peso de la contracción económica mundial y ya no están dispuestos a seguir consumiendo ni endeudándose. Durante los últimos cinco años, el consumo mantuvo el crecimiento del PIB, en momentos en que la inversión y el gasto público no tuvieron un buen desempeño.

Deficit exterior

A esto hay que sumar que este año, el comercio exterior seguirá siendo deficitario para la producción francesa. El aumento de las importaciones supera largamente a las exportaciones, lo que sumando nuevamente a los elevados precios de petróleo, ha significado que ente otras cosas la factura energética del país aumentara un 24% durante el año pasado hasta los 28.350 millones de euros, 20 puntos porcentuales más que en 2003. Según las autoridades económicas francesas, la factura energética representa un 1,8% del PIB, lo que supone restar "medio punto de crecimiento".

Estos números no ayudan tampoco a frenar uno de los males endémicos de la economía francesa: el paro. En febrero, el número de desempleados aumentó en 12.000 personas, un incremento del 0,5%, que mantiene la tasa de paro en un 10,1%. Los demandantes de empleo aumentaron además en un 2,1% en un año. Pese a ello, el Gobierno mantiene su promesa de reducir al 9% el paro este año. Con este dato, Francia junto a Alemania siguen siendo los países con mayor paro de la Unión Europea. Y ambos representan casi el 50% del PIB de la UE.

Peso del sector público

Con todo, el principal problema de la economía francesa es el elevado peso del sector público en las finanzas y todos los analistas piden desde hace años cambios estructurales que mejoren esta situación. No obstante, el Gobierno francés no está en la mejor posición para realizar este tipo de cambios y menos en estos momentos en que sus principales esfuerzos están dirigidos a poner en marcha una controvertida reforma de las pensiones. El Estado de bienestar, que incluye además el gasto en salud, consume más del 15% del PIB en Francia. El PIB francés rondó los 1,65 billones de euros en 2003.

Francia además lleva años violando el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea, que establece el límite del gasto público en un 3% del PIB. El déficit fiscal del año pasado nuevamente superó por tercer año esta cifra, hasta el 3,6%. Con ello la deuda del Estado ya ha alcanzado 65% del PIB. No obstante, el Gobierno central prevé que este 2005 se llegue al 2,9% del PIB, producto de un presupuesto un poco más restrictivo que en años anteriores.