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Reportaje:

Los huesos no eran de Mercedes

Cádiz vive dos días de tensión por la aparición de unos restos bajo una vivienda que resultaron ser de un animal

Paqui sólo guarda en la memoria las imágenes de su madre que le dan las fotos porque apenas tiene otros recuerdos de ella. Era muy pequeña cuando desapareció. Esta chica de 20 años, uno de los cinco hijos de Mercedes Gómez, recuperaba de una caja las fotografías de su madre: en la playa, frente a una fuente, sonriendo el día de su boda... Lo hizo después de que la policía descubriera tras una arqueta del patio de su padre varios huesos enterrados. Huesos que parecían humanos, pero que en realidad no lo eran. Su padre, Antonio Rodríguez, aún marido de Mercedes, estuvo detenido 48 horas, hasta que un forense dijo eran restos de un animal.

Mercedes se fue hace poco más de 10 años. Abandonó su casa con 26 para ingresar en un centro de desintoxicación de Sevilla. Después se marchó a Francia, desde donde escribió una carta a una de sus hermanas en la que decía: "Estoy bien, no os preocupéis". También envió una foto en la que aparecía junto a una cascada. Una imagen y unas líneas perdidas en una mudanza.

La policía asegura que volvió a Cádiz en 1995. Que estuvo en su casa de la barriada de la Paz y que allí pudo haberse reunido con su marido. Es lo último que se sabe de ella. El año pasado, a raíz de una denuncia contra Antonio, los agentes descubrieron que su esposa llevaba 10 años perdida y que ni siquiera había denunciado su desaparición, por lo que se abrió una investigación. En noviembre de 2004, sus hermanas, presionadas por la policía, presentaron la denuncia.

El martes, los agentes registraron la casa de Mercedes, donde sigue viviendo su marido Antonio y uno de sus cinco hijos. El comisario provincial de Cádiz, José María Deira, explica que sus hombres iban en busca de pistas pero no sabía qué podían encontrar. Tras la arqueta, descubrieron un hueco de tierra de unos 700 metros cuadrados y 80 centímetros de altura. En las primeras catas hallaron un hueso justo debajo de la vivienda de Antonio. Más tarde encontraron más. Al verlos, el forense creyó que alguno podía ser humano, sobre todo, una vértebra que parecía de persona. "Tuvimos la poca fortuna de encontrar esos restos", dice el comisario. Deira habla de mala suerte, de infortunio, porque los restos, una pista engañosa, convirtieron el registro en espectáculo mediático.

A las 11.00, los curiosos se arremolinaban alrededor de la casa. El precinto policial no impidió la entrada y salida de vecinos. La noticia llegó a la prensa y fuentes de la subdelegación del Gobierno confirmaron que habían aparecido huesos, que alguno podría ser "compatible con el de un ser humano" y que había un detenido. Esa misma tarde, Paqui, auxiliada por dos primas, se enfrentó en brutal pelea con María Ángeles, actual novia de su padre, ante las cámaras y los curiosos. Los mismos que siguieron con la mirada la salida de la policía con los huesos en cajas. Las madres levantaban a sus pequeños en brazos para que no se perdieran ni un detalle del show.

Esos huesos viajaron en coche a Madrid. 14 piezas que llegaron a las 9.00 del miércoles a la comisaría central de la Policía Científica, donde se certificó que ninguno era humano. Uno de los trozos ni siquiera era un hueso. "Era muy difícil saberlo a primera vista y la policía nunca dijo que fueran humanos. La vértebra sí era compatible con una persona", se justifica el comisario. Ahora se sospecha que los restos son de un perro o de un cerdo y que fueron a parar allí tras un movimiento de tierras realizado hace años.

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Los forenses de Madrid despejaron rápido las dudas. A las 11.30, la comisaría de Cádiz tuvo por escrito los resultados del análisis, pero a pesar de la expectación y la creciente tensión en el lugar, no los hizo públicos. A la hora de comer los incidentes se repitieron. Un hombre sacó una navaja cuando la policía salió de la casa con el detenido.

El juez puso en libertad sin cargos a Antonio en la mañana del jueves y el hombre volvió a abrazarse a sus hijos. "Yo estuve tranquilo porque sabía que era inocente", relata. Paqui asegura que nunca creyó que esos huesos fueran de ella. Dice que quiere saber qué ha pasado con esa mujer de la foto con la cascada francesa al fondo. Una foto extraviada en una mudanza. La última foto de su madre.

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