_
_
_
_
Reportaje:ESCAPADAS | Castillo de La Adrada

Regreso al siglo XV

Una fortaleza restaurada, un mercado y una senda histórica reviven el sabor del medievo en el valle abulense del Tiétar

Madrid

En La Adrada hay un castillo medieval que fue propiedad del poderoso, temido, odiado y, al cabo, torturado, degollado y decapitado don Álvaro de Luna; un castillo, reciente y primorosamente restaurado, que sirve de telón de fondo para el mercado medieval que se celebra en esta villa abulense durante el puente de mayo; un castillo desde el que se otean el macizo oriental de Gredos, las peñas madrileñas de Cenicientos y Cadalso, y todo el valle del Tiétar, incluido aquel camino que baja al río, por entre prados y pinares, buscando los puentes Mosquea y Chico, también medievales... Pero, como dijo el verdugo de don Álvaro, vamos por partes.

El castillo de La Adrada comenzó a construirse, allá por el siglo XIV, alrededor de una iglesia gótica que había sobre un altozano a las afueras de la villa. Sus obras continuaron durante el XV, siendo señor de La Adrada el intrigante don Álvaro de Luna, y luego don Beltrán de la Cueva, otro que tal bailaba, y se completaron un siglo más tarde. Obviamente, a esas alturas, ya no había moros en la costa, como no fuera en la de Granada, y el castillo les servía a aquellos señores para lo mismo que hoy sirve un coche deportivo o un chalé con piscina climatizada: para impresionar a los vecinos.

"Cerca se alza la torre albarrana, pentagonal y en proa, donde hay un cubículo soterraño"

El castillo de La Adrada tiene una muralla exterior, o falsabraga, que no resistiría ni cinco minutos de asedio, con troneras de palo y orbe, muy monas pero mal enfiladas; tiene un puente levadizo como de juguete, sobre un foso donde no se ahogaría un enano; y tiene, ya intramuros, un palacete con patio porticado de columnas ochavadas, arcos carpanales y, en la galería superior, antepecho con tracería gótica calada, que no parece un lugar apropiado para tocar la corneta, sino para tañer el laúd, que en esto, junto con amasar dineros y vasallos, era don Álvaro un artista consumado.

Al norte del palacio se aprecian los restos de la primitiva iglesia gótica, sobre cuyo ábside, aún intacto, se yergue la torre del homenaje. Cerca se alza también la torre albarrana, pentagonal y en proa, donde, oculto bajo una trampilla, hay un cubículo soterraño que, al asomarse el visitante, se ilumina automáticamente, y entonces se ve y se oye a un pobre diablo -un pobre maniquí, en realidad- que se quebró la pata cuando su carcelero lo invitó a bajar sin poner escalera. Es un calabozo interactivo, que se dice ahora. Con parecidos medios, el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar, instalado en la planta alta del palacio, nos va presentando a los sucesivos ocupantes que ha tenido la comarca, desde los vetones hasta los veraneantes madrileños, pasando por los señores de La Adrada y los personajes goyescos que acompañaron al exiliado infante don Luis de Borbón en la cercana Arenas de San Pedro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Además, aquí podemos empuñar armas medievales y ver, mediante espejos, cómo le sienta nuestra cabeza al cuerpo pintado de don Álvaro de Luna, lo cual no deja de tener su guasa. En la planta baja del palacio, junto a la sala de proyección y la remozada casa del alcaide, abre sus puertas una tienda donde pueden adquirirse cien trajes distintos para asistir al mercado medieval, una fiesta tumultuosa -comilonas, teatros, rondas, pasacalles, talleres de artesanía, exhibiciones de cetrería, encantadores de serpientes...- que, este año, como novedad, incluye el tiro con arco.

No menos medieval, pero mucho más natural, es la ruta de los Puentes, un paseo de dos horas -incluida la vuelta- por la pista de tierra que arranca frente al campo de fútbol, al otro lado de la carretera.

Sólo hay que seguir las señales de la escombrera hasta una bifurcación con pilón, y aquí tirar a la derecha, para llegar al puente Mosquea, sobre el Tiétar, y luego al Chico, sobre el arroyo de la Cercá. Estas dos alomadas puentes de piedra berroqueña, coetáneas del castillo, tienen la virtud de ser, sobre bellas, provechosas, cosa que nunca pudo decirse de una fortaleza, ni de la nobleza.

Dormir en cabañas de madera

- Cómo ir. La Adrada (Ávila) dista 90 kilómetros de Madrid yendo por la carretera de San Martín de Valdeiglesias (M-501). Hay autobuses de Doaldi (Tel. 902 22 22 82), desde Méndez Álvaro.

- Castillo de La Adrada. Horario: de martes a viernes, de 9.30 a 17.00; sábado, de 10.30 a 18.00; domingo y lunes, cerrado. Precio: adultos, 3 euros; niños y jubilados, 2 euros. Tel. 645 88 43 06.

- Otras visitas. Iglesia de El Salvador, de estilo herreriano, con retablo churrigueresco; casa del Tío Talis, buen ejemplo de arquitectura popular; viviendas blasonadas de la calle Larga; puente Mocha, romano y jardín botánico Valle del Tiétar (Tel. 91 867 13 33).

Comer. Avenida (Tel. 91 867 12 78): revueltos -de trigueros, de ajetes, de setas...- y chuletones de ternera de Ávila; 15 euros. Gredos (Tel. 91 867 07 28): judías blancas y cochinillo frito; 15 euros. Taberna Museo (Tel. 91 867 12 80): asados de cordero, cabrito y cochinillo; 20 euros. La Espuela (Tel. 91 867 15 28): patatas revolconas y carnes de ganadería propia; 25-30 euros. Villa Concha (Piedralaves; Tel. 91 866 61 43): solomillo al cabrales, merluza -al natural o con gulas- y postres caseros; 30 euros.

- Dormir. La Espuela (Tel. 91 867 15 28): 13 cabañas de madera en un pinar, a orillas del Tiétar; doble, 107 euros. Paraíso del Tiétar (Tel. 91 867 02 81): 28 bungalós de madera en un bosque centenario, rodeado de piscinas naturales; 65 euros. La Marotera (La Iglesuela; Tel 669 95 67 39): casa rural recién inaugurada, de piedra y madera, con restaurante de especialidades valencianas; 65 euros. El Tejarejo (Casavieja; Tel. 925 59 72 49): casona campestre con cuidada decoración y vistas a la sierra de Gredos; 80 euros.

- Actividades. La Espuela (Tel. 91 867 15 28): rutas a caballo, en quad y en todoterreno.

Compras. Gaia (Escalerillas, 6): cuero, plata y maquetas de barro.

- Más información. En www.laadrada.net.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_