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Dos logias en debate

Por primera vez en un acto social público en Madrid, dos obediencias masónicas distintas, la Gran Logia Simbólica Española, con su gran maestra, Ascensión Tejerina, al frente, y la Gran Logia de España, a través de su gran maestre, Josep Corominas, comparecieron conjuntamente esta semana en una comida-debate en el hotel madrileño donde tiene su sede el Club Siglo XXI. La anfitrionía corrió a cargo de Paloma Segrelles y de Ramos Perera Molina, que presentó a los ponentes-comensales ante los asistentes. Coparticipante con ellos fue Pedro Álvarez Lázaro, fundador de un instituto de investigación de la Universidad Pontificia de Comillas dedicado al estudio de la masonería, cuyo pasado y presente fue abordado durante el coloquio, en el que se hicieron votos para que Josep Ratzinger, Benedicto XVI, muestre hacia los masones una actitud abierta. "Decenas de entrevistas, reportajes e informaciones dan cuenta cada día de nuestras actividades", dijo Ascensión Tejerina, para significar que el secretismo atribuido en España a la masonería ha dado paso ya a la transparencia. Subrayó que la principal función masónica es "la reflexión ética para la autoconstrucción del individuo como ciudadano... con la laicidad concebida como respeto hacia todas las religiones". Por su parte, Corominas resaltó que "el trabajo de la masonería es imposible sin la democracia". El debate discurrió en paz y buena compaña.-

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