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El Centro de Convenciones de Barcelona despega con 65.000 congresistas, el 50% más de lo previsto

Jefes de Estado y de Gobierno de 38 países acudirán al Centro de Convenciones

Lluís Pellicer

El arranque del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) ha sido mejor de lo previsto. GL Events, la sociedad que lo explota, se propuso en noviembre captar 120 convenciones con 250.000 participantes durante los tres primeros años. Tras el primer semestre de actividad, ha albergado a 65.000 congresistas que han asistido a 62 eventos.

Sólo seis meses después de que el Fórum de las Culturas traspasara el edificio a GL Events, el CCIB ya ha celebrado el 50% de los eventos previstos para los tres primeros años y ha acogido al 25% de los 250.000 congresistas que se ha fijado como meta hasta 2007.

El director general del CCIB, Jesús Álvarez, aseguró que el nuevo equipamiento ha permitido que el grupo de la empresa gestora, con sede en Francia y especializada en el mercado de negocios, creciera en 2004 el 17,8%. "Los resultados, con una facturación de 8,37 millones de euros, han sido buenos", aseguró.

Las empresas constituyen el 55% de los clientes que tiene el CCIB; las asociaciones han contratado el 37% de los eventos, y las instituciones, el 8%. El 70% de las entidades proceden del extranjero, explicó Álvarez, en especial de Alemania, el Reino Unido -que canaliza, además, a los clientes norteamericanos- y Francia.

Sin embargo, el evento que más congresistas reunió fue una celebración de Caixa Laietana, que congregó a 10.000 personas. Le siguen la presentación del nuevo modelo de Toyota (6.000 participantes), otra de Nissan (3.000) y una convención de la compañía informática IBM.

Los gestores del edificio esperan captar más clientes si finalmente se construyen el puerto, el zoo marítimo y una zona de compras.El director general del CCIB, Jesús Álvarez, anunció ayer que el CCIB albergará la Conferencia Euromediterránea. La cumbre, que tendrá lugar el 27 y 28 de noviembre, reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 miembros de la Unión Europea y de 13 países del entorno mediterráneo, entre ellos Turquía y la Autoridad Nacional Palestina.

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La Conferencia Euromediterránea es el acto con más repercusión que el CCIB tiene este año en la agenda. Su cartera de clientes la forman sobre todo empresas automovilísticas, corporaciones que producen nuevas tecnologías y grandes consultoras.

La idoneidad del CCIB para este tipo de cumbres viene dada porque tiene en sus inmediaciones más de 2.500 plazas hoteleras. "El CCIB tiene la capacidad de facilitar 10.000 reservas hoteleras en un fin de semana y hasta ahora hemos generado el 10% de la ocupación de los establecimientos de la ciudad", señaló Álvarez. El edificio, además, solventa una de las complicaciones que suponía organizar un congreso en la capital catalana. "Barcelona tenía sobre todo espacios feriales, pero faltaban lugares para celebrar congresos. No había ningún centro que pudiera acoger a más de 15.000 personas", agregó.

Turismo de reuniones

El CCIB ha supuesto un paso de gigante para la posición de Barcelona en el mercado del turismo de congresos y convenciones-ocupa el séptimo lugar, según los datos de la Unión Internacional de Asociaciones-, puesto que ahora puede optar a albergar congresos internacionales, que suelen tener a más de 6.000 congresistas. El año pasado el turismo de reuniones creció el 26%, sobre todo a causa de los eventos que se celebraron en el CCIB en el marco del Fórum.

Para los próximos años, los gestores del CCIB esperan captar entre 80 y 90 congresos anuales, lo cual supondría recibir a unas 90.000 personas cada año. "Estamos aún en fase de lanzamiento, a pesar de que hemos arrancado con el 50% más de lo previsto. Esperamos que 2006 sea un año de estabilización y que 2007 y 2008 sean dos años excelentes", afirmó Álvarez. El precio medio del espacio, agregó, es de entre cinco y nueve euros el metro cuadrado.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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