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Aguirre mantendrá abierta la biblioteca que iba a cerrar el edil de Carabanchel

La presidenta regional, Esperanza Aguirre, se comprometió ayer a mantener abierta la única sala de lectura que existe en Carabanchel Alto y que, según los vecinos, pretendía cerrar el concejal del distrito, Carlos Izquierdo, quien había comenzado a retirar los libros y fue testigo del compromiso.

Una decena de miembros de la asociación de vecinos de Carabanchel Alto acudió ayer al nuevo barrio del distrito, aprovechando que la presidenta iba a colocar en ese lugar la primera piedra de un colegio público, para denunciar el inminente cierre de la única sala de lectura del barrio, que abarca una población de unos 25.000 vecinos.

Al acto asistió también el edil de Carabanchel, Carlos Izquierdo, quien, mientras aguardaba la llegada de Aguirre, manifestaba a cierta distancia de los vecinos que no comprendía sus quejas, que su protesta era "manipulada" y recordaba que la Comunidad de Madrid va a construir "una gran biblioteca" pública que abarcará a Carabanchel Alto y Bajo.

Sin embargo, los vecinos aseguraban que las obras de la nueva biblioteca no comenzarán hasta el año que viene, con lo cual la inauguración se demorará, al menos, hasta 2009, y pedían, por tanto, que se mantuviera abierta la sala de lectura del centro cultural municipal García Lorca, donde no se prestan libros desde el 18 de abril y que dista media hora de la sala más cercana.

"Un ejemplo"

A su llegada al acto, Aguirre se dirigió directamente a los vecinos, que portaban una pancarta contra el cierre de la biblioteca, para interesarse por sus reclamaciones, en presencia del concejal Carlos Izquierdo, que asistió en silencio al encuentro.

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La presidenta elogió el "ejemplo" que daban estos vecinos al tratar de impedir el cierre de un equipamiento cultural y les dijo: "Soy la principal interesada" en mantener abiertas esas instalaciones. Además, se comprometió a facilitar a la sala municipal de lectura de Carabanchel Alto libros y personal de la Comunidad para que siga funcionando, mientras se construye la nueva biblioteca.

Mientras tanto, la presidenta no cesaba de preguntar al concejal de Carabanchel si podía "comprometerse públicamente" con los vecinos en mantener abierta la sala de lectura, pero las únicas palabras que logró "arrancarle" fueron estas declaraciones: "Lo miraremos, hablaremos, y si hay que hacer alguna propuesta se hará. Que estén tranquilos".

Aguirre, que reclamó al menos tres veces al edil que se comprometiera ante los vecinos, optó por asumir la responsabilidad personalmente y les dijo: "Os podéis quedar con mi palabra de que desde la Comunidad os daremos libros y personal" para que la biblioteca siga funcionando los próximos cuatro años.

Para corroborar su compromiso público, la presidenta incluso pidió a los vecinos que tomasen nota del número de teléfono de su despacho particular para que, dijo, "me llamen si no cumplo lo que digo".

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