Una estrategia para la prevención de los riesgos laborales
Cada día mueren en el mundo 3.300 trabajadores y medio millón sufren algún accidente laboral: 1,2 millones de trabajadores muertos al año y más de 160 millones de heridos o enfermos son las víctimas de unas condiciones de trabajo insostenibles. La gran mayoría de estas muertes son perfectamente evitables. Se trata de una verdadera catástrofe humanitaria, de dimensiones colosales y sin embargo totalmente desconsiderada en la agenda internacional y en las políticas de la mayor parte de países del mundo.
El pasado 22 de abril, una delegación de sindicalistas entregábamos en la oficina del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en Nueva York, la propuesta para proclamar el 28 de abril como Día Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo. Esta iniciativa tiene dos objetivos: el reconocimiento de las víctimas y el fomento de la prevención. Son ya 12 los países que han proclamado oficialmente esta fecha, entre ellos Canadá, Brasil, Argentina, Bélgica y España. Y son más de cien los países en que los sindicatos organizan por décimo año, todo tipo de manifestaciones y eventos de protesta en exigencia de un trabajo sano y seguro y de la responsabilidad de los empleadores y de los Gobiernos en el mantenimiento de esta tragedia cotidiana.
En nuestro país, aunque en los últimos años hemos conseguido reducir ligeramente el número de accidentes, las muertes por accidente en el puesto de trabajo se elevan a 955, muy superiores a la media de la zona euro de la Unión Europea, casi el doble. Además, buena parte de las enfermedades y muertes producidas por las malas condiciones de trabajo permanecen invisibles.
Efectivamente, según datos de un estudio presentado recientemente por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, la exposición a agentes químicos en el lugar de trabajo provoca cada año la muerte de 4.000 trabajadores y la enfermedad de más de 33.000. Al menos 13.344 contraen dermatitis; 5.419 enfermedades respiratorias crónicas y 4.443 asma como consecuencia de la presencia de dichos contaminantes en el medio ambiente laboral. Y sin embargo, advierte el estudio, casi todas estas muertes y enfermedades permanecen ocultas: el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales sólo contabilizó 3.095 casos de enfermedades ocasionadas por contaminantes químicos en 2003 y cuatro muertes por cáncer ocupacional en 2001.
Esta invisibilidad hace que, a pesar de su importancia, la Administración, los empresarios y los propios trabajadores tengan un escaso conocimiento del riesgo de exposición ambiental a los agentes químicos, incluida la exposición laboral a tóxicos muy peligrosos con efectos cancerígenos o mutágenos. La falta de información toxicoló-gica del 80% de las más de 100.000 sustancias químicas existentes en el mercado ha llevado a elaborar un nuevo reglamento europeo conocido como REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas, en sus siglas en inglés) que esperemos sea pronto aprobado por salud ambiental y por el bien de los trabajadores y de toda la ciudadanía.
La mesa de diálogo social en materia de prevención de riesgos laborales, cuyos trabajos se han reanudado recientemente, tiene por delante una tarea de gran responsabilidad. Dos son los objetivos principales que debería alcanzar: reducir drásticamente los accidentes a la media europea a lo largo de esta legislatura y establecer un adecuado sistema de reconocimiento y prevención de las enfermedades derivadas del trabajo.
Los instrumentos son, a nuestro juicio: el reforzamiento de la vigilancia sobre el cumplimiento de las normas preventivas; la mejora de la calidad de la prevención; la reforma y modernización de las mutuas; la ampliación de la representación sindical en las pymes con los delegados sectoriales y territoriales; el reforzamiento de las instituciones laborales, como la Comisión Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, la Inspección de Trabajo, la Fundación de Prevención de Riesgos Laborales o el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo; la buena praxis en la vigilancia de la salud y un nuevo listado y sistema de notificación y registro de las enfermedades ocupacionales.
La elaboración de una estrategia española de prevención de riesgos laborales -acordada en la mesa de diálogo social y comprometida por el Gobierno en el último Consejo de Ministros, en vísperas del 28 de abril-, en la que se acuerden y pongan en marcha tales instrumentos, es la tarea a la que estamos convocados todos los que tenemos alguna responsabilidad, sea política, empresarial o sindical. Las víctimas, las trabajadoras y los trabajadores que cada día durante muchas horas están expuestos a tantos riesgos tienen derecho a esperarlo de nosotros.
Joaquín Nieto es secretario confederal de Medio Ambiente y Salud Laboral de Comisiones Obreras.
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