El Banco de España advierte de que los pisos están sobrevalorados más de un 20%

La burbuja inmobiliaria no remite. El director del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, advirtió ayer de que el precio de la vivienda sigue creciendo "por encima de lo justificable", por lo que la sobrevaloración del coste de los pisos puede superar el 20%. El Banco de España confía en una corrección "ordenada y suave" de este boom, pero considera que, cuanto más tiempo se mantenga la escalada de los precios, mayor será el riesgo de un ajuste brusco. Malo de Molina también lanzó una alerta sobre la pérdida de competitividad de la economía y pidió que se abarate el coste del despido.

A más de tres años de la puesta en circulación del euro, el Banco de España hizo ayer un balance de la evolución de las economías integradas por los 12 países que adoptaron la nueva moneda el 1 de enero de 2002. El responsable del servicio de estudios de la institución destacó que la economía española vive la etapa de bonanza más larga de la historia reciente, basada en el crecimiento de la demanda interna, pero advirtió de que afronta dos peligros: la pérdida de competitividad y el boom inmobiliario, con el elevado endeudamiento de los hogares que conlleva.

Los precios de la vivienda se han disparado casi un 150% desde finales de 1997, inicio del actual boom, según los datos oficiales, y en los últimos dos años se han encarecido a un ritmo anual del 17%. Mientras, se han construido más pisos que nunca (más de 700.000 sólo el año pasado). El Banco de España calculó en 2002 que esta situación se traducía en una sobrevaloración del precio de los pisos, que situó entre el 8% y el 20%. Desde entonces, "la brecha ha debido de aumentar, pero en menor magnitud de lo que ha crecido el precio", dijo ayer Malo de Molina. "El crecimiento del precio observado ha seguido estando por encima de lo justificable", añadió el economista.

Deuda de los hogares

La escalada del precio de la vivienda ha estado acompañada de un aumento sin precedentes del endeudamiento de los hogares españoles. En febrero, la deuda familiar para la compra de piso ascendía a 387.721 millones de euros, según los datos del Banco de España. "No observamos ningún cambio de tendencia", afirmó Malo de Molina en un encuentro con periodistas.

La situación está controlada, a juicio del experto del Banco de España, que confía en una desaceleración "suave y ordenada" del precio de los pisos, mientras considera que la deuda de las familias se encuentra en una fase de estabilidad. Pero cuanto más dure esta situación, más difícil será que el sobreprecio de la vivienda se pueda absorber "de forma ordenada". Las familias con rentas más bajas que se han hipotecado pueden ser más vulnerables a una subida de tipos que encarezca su préstamo. El Banco de España considera que no existe una burbuja inmobiliaria, aunque otros expertos discrepan.

Pero el mayor reto que afronta en estos momentos la economía española es, según Malo de Molina, la pérdida de competitividad, que está restando crecimiento de forma importante. Las causas son el diferencial de inflación de España con la zona euro -se situó en marzo en 1,3 puntos- y el déficit de productividad, marcado por la "insuficiente incorporación de la tecnología", entre otros factores.

Uno de los sectores afectados ha sido el exterior. Las exportaciones españolas fueron ganando cuota de mercado desde la entrada de España en la Unión Europea, en 1986, pero la cuota se empezó a estabilizar entre 2000 y 2003 y cayó en 2004, a pesar del esfuerzo de los empresarios exportadores, que han reducido sus márgenes para no perder mercados, según Malo de Molina.

Para recuperar competitividad, el Banco de España recomienda que se lleven a cabo reformas estructurales y se fomente la competencia. En este sentido, el responsable del servicio de estudios afirmó que el plan elaborado por el Gobierno para dinamizar la economía va en la línea "adecuada". También dijo que le parece "moderada y prudente" la reforma fiscal prometida por el Ejecutivo para la legislatura.

Otra de las grandes reformas pendientes es la del mercado laboral. El Banco de España propone que se reduzcan los costes del despido de los empleos fijos para fomentar la contratación estable. En la actualidad, el coste del despido de un contrato temporal supone una indemnización para el empleado afectado de ocho días por año trabajado, mientras despedir a un trabajador indefinido tiene una indemnización de 45 días (33 días para jóvenes, mujeres y discapacitados en determinados supuestos).

Además, Malo de Molina abogó también por revisar el actual sistema de negociación colectiva, ya que considera que el mercado laboral español presenta una estructura salarial "muy rígida", y apostó por adecuar esta negociación a la productividad.