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La izquierda confía en el voto de la Galicia urbana para poner fin a 25 años de Gobierno conservador

Rodríguez Zapatero se implicará personalmente en la campaña desde la próxima semana

Xosé Hermida

En 1981, cuando Alianza Popular era un partido casi residual en el conjunto de España, la recién constituida comunidad autónoma de Galicia brindó a Manuel Fraga su primer triunfo electoral. Un cuarto de siglo después, el bastión conservador permanece en pie, aunque las grietas son visibles en su estructura. A una edad tan improbable para un candidato electoral como los 82 años, todavía sin un sucesor a la vista y con un partido que desde la crisis del Prestige ha vivido constantes agitaciones internas, Fraga convocará a los gallegos el próximo 19 de junio para pedirles un quinto mandato. La izquierda se siente ante una ocasión histórica y confía en conquistar el feudo del PP gracias a la movilización de la Galicia urbana.

El presidente de la Xunta, según relatan dirigentes de su partido, se irritaba cada vez que alguien le sugería que reconsiderase la decisión de agotar su mandato hasta el próximo octubre. Pese a todo, sus colaboradores en la Xunta y los miembros de la dirección del PP gallego, con el respaldo de la cúpula nacional, insistieron sin desmayo durante semanas hasta lograr persuadirle de que adelantase los comicios. "Sigue sin estar totalmente convencido, pero ha visto tanta unanimidad a su alrededor que aceptará la sugerencia", relató un dirigente del PP tras entrevistarse con Fraga, pocas horas antes del anuncio oficial de disolución del Parlamento autónomo, el pasado jueves.

Las vacilaciones del presidente de la Xunta delatan que el PP es consciente de que, por una vez, la contienda gallega no será un paseo. Como la pelea se adivina reñida, los populares esperan que la fecha de los comicios juegue a su favor y les permita prolongar dos meses más su durísima campaña de ataques contra el Gobierno socialista por la supuesta discriminación de Galicia. En las últimas semanas, Fraga ha llegado a acusar al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero de "robar" a Galicia. Para persuadirle del adelanto electoral sus colaboradores le entregaron un documento titulado Agravios y razones.

El PP gallego asegura que ha empezado a recuperarse del otoño negro de 2004, cuando sus dirigentes se despedazaron durante un mes a la vista del público entre los evidentes síntomas de agotamiento físico de Fraga. Los populares afirman que su última encuesta vuelve a ponerles en posición de alcanzar la mayoría absoluta, único modo de retener el Gobierno y evitar una muy probable alianza entre el PSOE y los nacionalistas de izquierda del BNG. En la ejecutiva federal del PSOE se muestran incrédulos ante los estudios del PP y proclaman con entusiasmo que algunos sondeos le sitúan casi empatados con los populares.

Tras las versiones más o menos oficiales, los diagnósticos de dirigentes y técnicos de ambos lados son más coincidentes. La derrota de Fraga parece más factible que nunca, apuntan los analistas de todas las fuerzas políticas, pero, como se diría en términos futbolísticos, aún hay partido. Sobre todo porque el PP dispone de un amplio margen para amortiguar su probable retroceso. En 2001, los populares superaron el 51% de los votos, casi 30 puntos por encima de sus dos rivales, técnicamente empatados, aunque con leve ventaja nacionalista. En 1989, a Fraga le había bastado el 44,25% para alcanzar la primera de sus cuatro mayorías absolutas.

El poder rural del PP ha mostrado hasta ahora una resistencia geológica. Sin embargo, el desgaste de los populares es muy notorio en la Galicia urbana y entre la juventud, como reconocen los analistas del PP. En ese segmento centrará su batalla la izquierda con el propósito de movilizar a un electorado que, en los últimos años, contrariamente a la tendencia tradicional, acude a las urnas en menor número que en las zonas rurales.

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Las elecciones también supondrán una prueba para el liderazgo en el PP de Mariano Rajoy, que inició en Galicia su carrera política. Y aunque el adelanto electoral ha trastocado la agenda prevista por el PSOE, Zapatero se va a volcar en la contienda para respaldar al candidato socialista, Emilio Pérez Touriño. Su primera visita será el próximo jueves. Fraga anunció ayer que le recibirá "con los brazos abiertos", aunque interpretó la diligencia del presidente para viajar a Galicia como una prueba de que "tiene sus motivos para estar preocupado".

El PSOE intentará eludir durante la campaña la discusión sobre sus hipotéticos pactos con los nacionalistas, la única de las tres principales formaciones que presenta a un candidato nuevo, Anxo Quintana, de 44 años. Para el BNG los comicios son también una prueba de resistencia, tras la crisis que ha culminado en el estruendoso portazo con que se despidió hace unos días su antiguo líder, Xosé Manuel Beiras.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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