Riquelme, bonito y práctico
El centrocampista del Villarreal es el jugador que participa en más acciones de gol
Cae sobre Román Riquelme y los de su estilo una vieja y pesada sospecha: son futbolistas más redundantes que prácticos, más bonitos que buenos. Los números lo desmienten. Nadie en toda la Liga participa tanto en las jugadas de gol como él: cada 70 minutos, el centrocampista argentino del Villarreal, de 26 años, ha intervenido en una acción que acabó entres las redes, una productividad que supera la de gente como Eto'o, Ronaldinho, Joaquín y Deco, los otros grandes del campeonato. Así que, cuando el as argentino pasee hoy su lánguido y cansino caminar por el Bernabéu, ante el Madrid, cuidado con el reloj porque puede estar a punto de tomar parte en alguno de los tantos de su equipo.
Riquelme tiene dos compañeros de viaje en las cotas máximas de participación: los barcelonistas Xavi y Deco, que incluso le superan. Son los afortunados que más tocan el balón. Ahora bien, cuando se trata de arrimarse al área adversaria, Román toma la delantera. Entra en zona de finalización. Es el jugador que más centra al área, una vez cada 11m 37s, y es el segundo que da más pases de gol (10) por detrás del bético Joaquín (13). Eso se suma a una cantidad nada despreciable de tantos propios (12), la mitad de los cuales son de penalti. De los otros seis, cuatro los ha convertido al primer toque, consecuencia directa de su depurada técnica, focalizada en su pierna derecha, autora de todos los tantos. Rebosa confianza en su disparo y eso le ha colocado como tercer máximo rematador del torneo, tan sólo a rebufo de Oliveira y Eto'o y por encima de Fernando Torres, cuarto, e incluso de su compañero Forlán, sexto, con quien ha configurado la pareja más resolutiva. En efecto, es masiva la participación de Román en el Villarreal, pero no tanto como la de Xavi en el Barça, el más intervencionista de la Liga.
Pero... ¿cómo juega Riquelme?, ¿en qué ha cambiado respecto a aquel jovenzuelo que desplumó al Madrid en la final de la Copa Intercontinental de 2000 con el Boca Juniors? Ha madurado, desde luego. Pero, sobre todo, ha encontrado el sitio y el ambiente propicio en el vestuario gracias al técnico chileno Manuel Pellegrini. Custodiado por dos laboriosos mediocentros -Senna, que juega hoy tras serle levantada la sanción, y Josico-, Riquelme suele dejarse caer al carril del 10, desde donde arranca para disparar a gol con la derecha o para meter el pase decisivo. También parte a veces desde el interior derecho, como en Holanda ante el AZ Alkmaar, pero ahí ya no halla un ángulo tan apropiado de remate. Golpea el balón con todas las superficies del pie derecho y eso le permite prescindir de su inédita zurda. Lo mismo que de la cabeza. Su especialidad es la rosca, tanto en las faltas directas como en los centros a balón parado, unos envíos tan deliciosos para los compañeros como odiosos para los rivales. Por cierto, tampoco se le puede considerar un chupón: es el séptimo en una lista de tenaces regateadores que encabeza Figo, seguido por Savio, Ronaldinho, Joaquín, Torres y Valerón.
El Villarreal juega sin extremos: son los laterales quienes deben llegar hasta línea de fondo o, en su defecto, los delanteros con sus desmarques. Nunca Riquelme, al que le falta velocidad. Aunque goza de un espléndido estado de forma, ha disputado 30 partidos y, como advierte el preparador físico del Villarreal, José Cabello, no es tan lento como parece. Eso sí, sus obligaciones defensivas son mínimas: sólo ha recuperado 76 balones.
Rebelión de Battaglia
El Villarreal le ha pedido a su centrocampista Battaglia que regrese de Argentina, donde se recupera de una lesión de rodilla, pero se niega.
Fichado por el club castellonense en 2003, procedente del Boca Juniors, Battaglia no se ha adaptado a la vida en Vila-real y prefiere quedarse en su club de origen. El Boca, sin embargo, ofrece un millón de euros por repescarlo y el Villarreal pide tres.
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