Ucrania mide su liderazgo en una cumbre de países postsoviéticos
La capacidad del presidente de Ucrania, Víktor Yúshenko, para liderar y dar contenido a una asociación de Estados postsoviéticos, surgida con el apoyo de EE UU como una alternativa a Rusia, se evidenciará hoy en la cumbre que celebran en Chisinau (Moldavia) los países de la GUUAM. Esta entidad, que no ha logrado cristalizar como actor internacional de peso, se creó en 1997 y sus siglas corresponden a las iniciales de Georgia, Uzbekistán, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia.
La revolución de las rosas en Georgia en 2003 y la revolución naranja en Ucrania en 2004 han creado una nueva perspectiva para la organización, que trata de ampliar sus puntos de referencia para no seguir encasillada en el papel de contrapunto a Rusia. La tarea es ardua, dado que la mayoría de los países miembros dependen de los suministros de petróleo y gas de Moscú y varios de ellos (Azerbaiyán, Georgia y Moldavia) tienen conflictos con regiones separatistas, cuya resolución depende también de Rusia. Los dirigentes de las regiones secesionistas del Transdniéster, en Moldavia, y de Abjasia y Osetia del Sur, en Georgia, quieren celebrar su propia cumbre tras la reunión de Chisinau.
El anfitrión de la cumbre de la GUUAM, el presidente de Moldavia, Vladímir Voronin, un comunista convertido en ferviente proeuropeo, ha dado la espalda a Rusia en los últimos tiempos. Curándose en salud, Islam Karímov, el presidente uzbeko, no estará hoy en Chisinau, asustado al parecer por las revoluciones de Georgia y Ucrania. Karímov, que gobierna con mano de hierro, teme que Moscú pueda propiciar una revolución democratizadora en su territorio y ha decidido no dar pie al contagio.
Unidos por su pasado
Los países de la GUUAM, que emplean el ruso como lengua de trabajo, están más unidos por su pasado que por su presente. En parte, carecen de embajadas mutuas y las comunicaciones aéreas entre ellos pasan por Moscú o por Kiev. Países como Polonia, Rumania y Lituania pueden ser invitados a unirse a la organización.
Fuentes ucranias señalaron que EE UU dio un espaldarazo a Yúshenko para dotar a la GUUAM de un programa de acción y una perspectiva, durante la reciente visita que el dirigente ucranio realizó a Washington. Las fuentes dudaban, sin embargo, sobre el deseo y capacidad de Yúshenko para asumir un liderazgo radical. Por sus dependencias y su composición demográfica, Ucrania difícilmente puede permitirse una postura antagónica de Rusia, cuando de realpolitik se trata. Mientras Yúshenko esté en Chisinau, el secretario del consejo de Seguridad de Ucrania, Piotr Poróshenko, visita Moscú. De Ucrania y Georgia se espera una iniciativa para solucionar el conflicto congelado del Transdniéster, una zona de Moldavia enquistada entre el río Dniéster y la frontera ucrania. Tanto los separatistas como las autoridades de Chisinau desean que Kiev sea más activa en este territorio, donde viven decenas de miles de ucranios.
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