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Pujol amonesta a Mas en la ejecutiva de CiU por el tono de sus críticas a Maragall

El ex presidente regaña también a Duran por dar una imagen pública de división interna

Jordi Pujol tuvo suficiente con tres minutos de intervención ayer en la ejecutiva de Convergència i Unió (CiU) para dejar las cosas en su sitio y dar un tirón de orejas a los máximos dirigentes de la federación. El ex presidente amonestó a Artur Mas, sin dirigirse explícitamente a él, por el agrio tono de sus críticas a Pasqual Maragall, para quien reclamó respeto institucional. Al democristiano Josep Antoni Duran Lleida, Pujol le responsabilizó de que afloren en los medios de comunicación las divisiones internas sobre el papel de CiU en la ponencia del Estatut y la anunciada cumbre de líderes políticos.

A Pujol le han disgustado algunos titulares de prensa que evidencian que Unió y Convergència van últimamente cada una por su lado. Las divergencias entre los dos socios de la federación afloraron cuando el líder de Unió, Josep Antoni Duran, aconsejó al presidente de CiU, Artur Mas, que midiera el tono agrio de sus críticas contra Maragall, especialmente el de las del portavoz convergente, David Madí. Duran reclamó respeto institucional para Maragall e incluso, en un discurso público, recordó que históricamente Unió siempre ha guardado respeto hacia los presidentes de la Generalitat.

Duran recomendó también a Mas que se esforzara en reorientar su relación con Maragall, muy deteriorada a raíz de la crisis del 3%, y propuso una entrevista entre ambos. El líder de Unió recordó ayer en rueda de prensa que su solución ha tenido poco éxito.

En la ejecutiva de CiU de ayer Pujol hizo un diagnóstico sobre la situación actual, y repartió, aunque muy sutilmente, leña para Mas y Duran. El ex presidente sostuvo que Maragall, guste o no, goza de total legitimidad y que habría que guardar las formas en las críticas contra su persona, según comentaron miembros de la ejecutiva.

Pujol no se dirigió directamente a Mas, pero todos los asistentes dieron por supuesto que el jefe de la oposición era el destinatario de la reprimenda. En cambio, a Duran Lleida le acusó de hacer públicas las discrepancias internas de CiU y opinó que la gran "fuerza" de la federación siempre ha sido la unidad frente al "desbarajuste del tripartito".

Guardar las formas

La dureza de las críticas de Mas hacia Maragall no es una cuestión baladí, pues supone la principal causa de que no se divise próximo un encuentro del presidente con el jefe de la oposición para abordar los asuntos más espinosos de la reforma estatutaria. Fuentes de Presidencia aseguraron ayer que la actitud de Mas "no ayuda en nada" a restablecer las relaciones. Duran, por su parte, defendió la celebración de este encuentro para que Maragall recupere la "autoridad moral" para dirigir la reforma del Estatut y acusó al presidente de romper los puentes de diálogo.

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