Doblas para al Villarreal

El Villarreal hizo todo lo que tenía que hacer, pero no fue suficiente para vencer. Incomprensiblemente negado ante el gol, cedió un empate frente al Betis después de impartir toda una lección de juego y de crear ocasiones de mil formas distintas. Y de desperdiciarlas. La mayor culpa la tuvo el portero Doblas, al que le salieron manos de todas partes.

Oliveira echó de menos a su socio habitual en la delantera, Edú, lesionado la jornada pasada. Lo notó. También porque se topó con Gonzalo Rodríguez. Ambos, brasileño y argentino, libraron una bella disputa de la que salió inédito el delantero por el poderío de su marcador. Claro que tampoco sus compañeros se lucieron. Del ataque del Betis no hubo noticias en todo el partido. Sólo Doblas, inmenso, y su defensa se ganaron el jornal en El Madrigal.

En el centro del campo se encontraron dos primos, uno por cada bando, Senna y Assunção, ambos dirigiendo las maniobras de sus equipos. El del Villareal, Senna, tiene una misión más global, siendo el primer defensor y a la vez el que da la primera salida al esférico. Más liberado de funciones defensivas, Assunção está para lo concreto, para el pase largo a Joaquín y Oliveira o para las jugadas a balón parado y las faltas al borde del área. Así llegaron las dos mejores ocasiones andaluzas en el primer acto, las únicas en todo el partido, en sendos lanzamientos de falta.

Riquelme volvió a estar presente en todas las acciones de su equipo. El argentino se apodera del balón y lo mantiene hasta que analiza los movimientos de sus compañeros o ve un hueco imposible para asistir. Así llegó una inmejorable ocasión de Forlán mediado el primer tiempo que no supo definir solo ante Doblas, cosa rara en el delantero uruguayo, que emboca con acierto todo lo que cae a sus pies. El Villarreal, elogiado por la estética de su juego, volvió a carecer de jugadores específicos de banda. Pellegrini pretende que sus jugadores se junten y que participen constantemente en el juego. Las alas son para los laterales, con el efecto sorpresa que suponen muchas veces sus llegadas.

El Betis desapareció del todo en la segunda mitad. Se vio arrinconado por el Villarreal, con Riquelme comprometido como el que más, capitalizando todas las acciones notables. Como cuando golpeó con violencia el esférico y topó con la escuadra de la portería de Doblas o cuando lanzó fuera solo ante el meta bético.

Las ocasiones se fueron sucediendo a favor el Villarreal. De Forlán, Fiqueroa, Riquelme, Sorín.... Hasta diez sucesivas. Doblas estuvo presente en todas las fotos. El Betis quedó totalmente anulado, a expensas de la enorme capacidad ofensiva del Villarreal, que vio cómo todo su esfuerzo resultó vacuo ante el desacierto rematador, uno de sus puntos fuertes y del que tantas veces ha hecho gala. Ayer no lo encontró. Y el Betis terminó mirando al cielo ante tanta suerte divina.