Un portugués puede ser el posible 'Papa del tercer día'
Los vaticanólogos colocan a José da Cruz Policarpo, de 69 años, como un sólido aspirante a Papa del tercer día: el que es elegido cuando el empate entre dos cardenales célebres obliga al Cónclave a buscar el consenso en torno a un nombre menos conocido pero igualmente sólido. Karol Wojtyla fue un Papa del tercer día, y Policarpo, salvando las distancias, muestra similitudes con el que fue arzobispo de Cracovia: empuje, originalidad intelectual, ecumenismo, vocación por los movimientos juveniles y un gran prestigio en medios eclesiales que, salvo en Portugal, no se extiende a la sociedad seglar.
El patriarca de Lisboa fue el año pasado el anfitrión de la reunión anual de la comunidad de Taizé, una de las más vigorosas asociaciones juveniles católicas, con presencia en los cinco continentes. Es desde hace tiempo un fiel aliado de la Comunidad de San Egidio, dedicada a combatir la pobreza y la guerra. Y estuvo en el altar de Notre Dame junto al cardenal Jean-Marie Lustiger el 2 de noviembre, cuando la catedral parisiense acogió a los mendigos de la ciudad. Ésas son credenciales valiosas si el Cónclave desea mantener el calor popular que rodeó el papado de Juan Pablo II.
A José da Cruz Policarpo se le entiende cuando habla. El 5 de abril, mientras se formaban colas gigantescas ante la capilla ardiente de Karol Wojtyla y la Curia vaticana entonaba el panegírico fúnebre del Pontífice desaparecido, el cardenal portugués comentó que había que pensar en el futuro. "La elección del nuevo Papa no puede estar condicionada por el legado de Juan Pablo II", dijo. "El futuro Papa tiene que ser auténtico, con ideas propias que se adapten a las nuevas circunstancias y retos. Tendrá muy difícil no continuar el trabajo de Juan Pablo II, pero más difícil aún sería continuarlo".
Otra toma de posición en circunstancias delicadas se produjo el 11 de marzo, después de que el sacerdote franciscano portugués Nuno Serras Pereira anunciara que no daría la comunión a ningún feligrés que apoyara el aborto, la eutanasia, los anticonceptivos o la reproducción asistida. El cardenal Policarpo calificó la actitud del sacerdote de "exagerada" y "obsesiva" y aseguró que no se correspondía con "la posición oficial de la Iglesia". Fue igualmente rotundo en su apoyo a la Constitución europea, pese a que en la introducción no fuera introducida referencia alguna a las "raíces cristianas" del continente: "La referencia no era precisa, éstas no son cosas de fe", declaró.
José da Cruz Policarpo nació el 26 de febrero de 1936 en Alvominha (Portugal), estudió en los seminarios de Santarem y Almada y, tras ser ordenado sacerdote, se doctoró en Teología Dogmática en la Universidad Gregoriana de Roma con una tesis sobre la teología en las religiones no cristianas. Fue nombrado obispo en 1981 y en 1998 ocupó el Patriarcado de Lisboa, uno de los tres patriarcados católicos europeos, junto con el de Venecia y el que corresponde al Papa. Desde 2001 es cardenal.
Piensa, como Joseph Ratzinger, que el catolicismo europeo debe ser en el futuro menos numeroso y más intenso, y que debe dialogarse con el islam "sincera y abiertamente, pero con las ideas muy claras acerca de quiénes somos nosotros y sin caer jamás en tentaciones sincretistas". Se le considera moderadamente descentralizador. Su historial en materia de defensa de los derechos humanos es impecable.
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