Un inversor compra el teatro Arnau para levantar un geriátrico
El empresario Joan Martí presenta un plan para derruir el edificio y construir otro de siete plantas
El teatro Arnau, que cerró sus puertas en 2000, puede tener pronto un nuevo uso. La familia Ramos, propietaria del teatro, ha cerrado un acuerdo de venta con el empresario Joan Martí Ferré. El comprador ha hecho un desembolso inicial y ha presentado al Ayuntamiento de Barcelona un avance de sus planes, que pasan por derribar el teatro y construir una residencia asistida para enfermos de edad avanzada, según fuentes próximas a la empresa vendedora.
Fuentes municipales confirman que el comprador presentó al Ayuntamiento el pasado 4 de abril un proyecto para levantar un inmueble de siete plantas sobre rasante y tres más subterráneas. La superficie prevista para cada planta es de 680 metros cuadrados, según el plan presentado al consistorio. En la planta baja se construirán locales comerciales, y en las superiores, habitaciones para la residencia. En la terraza se prevé instalar un solárium.
El comprador quiere respetar la forma actual del edificio, ubicado en la avenida del Paral.lel, construyendo en piedra dos pisos a semejanza del actual teatro. Las otras plantas sobre rasante serían acristaladas. En los bajos del teatro hay ahora dos cafeterías y una floristería, con las que se pretende negociar de cara a esta nueva etapa, dicen fuentes próximas a los vendedores.
El acuerdo firmado entre Inmobiliaria Arnau, SL, que encabeza Maria del Carmen Ramos, y el empresario Joan Martí Ferré, que dirige la consultora inmobiliaria Premier WTC, está sometido a una serie de condiciones. Una de las principales para rematar la venta -las partes no han desvelado el precio de la operación- es que se logre descalificar el edificio. Se trata, según el Ayuntamiento, de un edificio que tiene más de un siglo, pero que carece de valor arquitectónico. La normativa actual sólo permite albergar en él actividades de espectáculos.
Martí Ferré, que ha desembolsado una cantidad a cuenta del pago total de la operación, está satisfaciendo cantidades mensuales a los antiguos dueños y deberá ejecutar totalmente el pago antes del verano de 2006. Fuentes de la parte compradora afirman que se ofrecerá entrar en el proyecto a nuevos inversores.
La propiedad confirma que el uso teatral no tiene salida en el local, ya que no ha recibido ofertas firmes de promotores del sector. Aunque el Ayuntamiento se reserva la opinión sobre el proyecto hasta estudiarlo, se ha mostrado favorable a buscar una salida al edificio, cada día más deteriorado tras cinco años sin actividad teatral.
Debajo del teatro se hallan los restos de la última muralla que rodeó Barcelona por el sur, que iba desde la avenida del Paral.lel y subía por las rondas de Sant Pau y Sant Antoni. En la parte de las Drassanes que da a la avenida del Paral.lel son bien visibles. Los compradores se han entrevistado con responsables municipales de arqueología y se comprometen a mantener los restos que puedan aparecer en el transcurso de las obras.
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