La lucha contra el gran atasco
El Ayuntamiento quiere convertir la carretera de circunvalación en una vía de distribución para "templar" el tráfico de la ciudad
Cada día entran y salen de Madrid 980.000 vehículos. La M-30, en el tramo comprendido entre Costa Rica y la avenida del Mediterráneo, soporta 270.000 coches diarios. La diosa Cibeles ve pasar por su plaza cada jornada a 186.485 conductores. Pero si se trata de calles, es la avenida de Portugal, con 124.023 tránsitos, la más concurrida.
Éstos son algunos de los datos del gran atasco contabilizados por el Ayuntamiento de Madrid, los que el área de Movilidad trata de disminuir con nuevas políticas de gestión del tráfico urbano.
Madrid intenta sumarse a las políticas de movilidad sostenible que desde hace ya tiempo aplican otras grandes ciudades. Londres apostó hace dos años por cobrar un peaje a los coches que quisieran llegar al centro. París ha anunciado que peatonalizará una gran parte de su almendra central. Estocolmo y otras ciudades suecas han limitado el paso a los coches más contaminantes. Y Copenhague y Amsterdam construyen el metro a ritmo levoz. Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde madrileño, sabe que tiene en el tráfico una de sus asignaturas pendientes.
Gallardón restringirá el tráfico en el barrio de Embajadores, que incluye Lavapiés
El Ayuntamiento quiere ampliar a toda la ciudad el sistema de aparcamientos de pago
Cada día entran y salen de Madrid casi un millón de coches por las carreteras
La policía impuso cinco millones de multas por infracciones de tráfico en 2004
La longitud total del bordillo separador del carril-bus se duplicará este año
¿Es posible acabar con el atasco? Pedro Calvo, concejal de Seguridad y de Movilidad, responde con un "sí". "Pero no en un día, ni en dos", añade. "Primero es necesario hacer un diagnóstico y aplicar los métodos que sean más convenientes. Pero, por encima de todo, hay que contar con la complicidad de los ciudadanos. Ellos al final son los que determinan qué tipo de movilidad quieren para nuestra ciudad".
Ampliar la zona de aparcamiento regulado (de pago), que ahora sólo rige en 8 de los 21 distritos, y peatonalizar más barrios de la ciudad son las medidas que con carácter inminente va a adoptar el Ayuntamiento. El barrio de Embajadores, que incluye Lavapiés, está llamado a ser el nuevo espacio restringido sólo al paso de residentes. Ruiz-Gallardón no se atreve, como sus colegas europeos, con medidas más contundentes como el peaje, porque en su opinión serían "injustas" para quienes vienen a trabajar a la capital cada día.Los expertos en movilidad sostenible critican que Alberto Ruiz-Gallardón anuncie, por un lado, que Madrid 2012 tendrá -si es elegida- unos Juegos Olímpicos sin vehículo privado y, por otro, esté ampliando la M-30 con una obra mastodóntica. El concejal Pedro Calvo admite que la vía de circulación aumentará "considerablemente" su capacidad, pero afirma que alrededor de este anillo se emprenderá una política de movilidad que permitirá "templar" el tráfico de la capital. "La M-30 tiene que volver a ser una vía de distribución de coches en la ciudad. Alrededor de ella reordenaremos el tráfico y se crearán nuevas zonas de aparcamiento restringido [de pago]. La M-30 dejará de ser un atasco", sostiene Calvo.
El Ayuntamiento de Madrid ha impulsado en los últimos meses un equipo de trabajo en el que participan expertos en movilidad sostenible para buscar soluciones. Pero previamente a todas sus propuestas, Calvo hace un diagnóstico de la situación. "Tenemos varios problemas. Por un lado, la ordenación del territorio en la Comunidad. Madrid ha crecido de manera equivocada en los últimos 20 años. Nos hemos extendido a lo ancho, en urbanizaciones de chalés adosados y construyendo ciudades como Getafe, Fuenlabrada o Las Rozas sin haber creado apuestas de transporte público. Ahora está Metrosur, que con su trazado conecta a un millón de personas".
La masiva entrada de coches cada día en la ciudad supone otro grave deterioro de la calidad de la circulación. "Si sumamos las carreteras nacionales más la M-607, cada día llegan a la capital 980.000 coches que entran por la mañana y salen por la tarde. Éste es uno de los grandes problemas", sostiene Calvo. "Además, la M-30 ha perdido en los últimos años su sentido, ha dejado de ser una vía de distribución. Y esa tendencia hay que cambiarla una vez que esté concluida su remodelación".
Calvo además añade otro aspecto a su diagnóstico sobre el gran atasco, que él denomina "los dos minutitos". "Son esos dos minutitos que la gente dice: 'Dejo aquí el coche en doble fila o en un espacio prohibido para hacer una gestión y enseguida vuelvo'. Pues bien, ese tiempo perjudica a muchos miles de ciudadanos". Y pone un ejemplo: "Cada día pasan por el paseo de las Delicias 139 autobuses a la hora. Si se deja un coche mal aparcado, imagínense a cuánta gente se está perjudicando".
La doble fila, la carga y descarga y el aparcamiento en zona prohibida son las infracciones que más afectan a la movilidad. "A todo ello se combate con sanciones. Cuando anunciamos que íbamos a pasar de tres millones de multas al año a poner cinco millones, me acusaron de afán recaudatorio. En 2004 se han puesto esos cinco millones de multas y seguiremos trabajando en ese sentido", dice.
Aun así, Calvo reconoce que la situación dista mucho de estar resuelta, que Madrid sigue siendo una ciudad en la que el coche es una obsesión para muchos: "El arquitecto Norman Foster dijo hace poco en una conferencia en Madrid que los problemas de tráfico se resuelven cambiado la relación que cada uno de nosotros ha establecido con su coche, y se puso como ejemplo a sí mismo. Yo también me sumo a eso. El coche sigue siendo para muchos el paradigma de la libertad y la posición social. También se ha convertido en un hábito y hay que cambiar ese concepto".
Para ayudar a ese cambio de mentalidad, desde el Ayuntamiento se ve necesario recuperar la vida de los barrios. Que la gente encuentre su zona de residencia un lugar agradable en el que vivir y disfrutar de su ocio para evitar desplazamientos. Pero para lograrlo, el gobierno municipal es consciente de que debe mejorar las dotaciones.
Estas políticas de vivir el barrio que el Ayuntamiento quiere impulsar, las va a acompañar con medidas de restricción de tráfico. La experiencia del barrio de Las Letras, puesta en marcha hace menos de un año, ha ido "bien", según Calvo, y va a ser extendida a otros puntos de la ciudad. "Gracias a la complicidad de los vecinos de Las Letras hemos logrado hacer de esa zona de la ciudad un espacio recuperado para el peatón. Al principio hubo problemas. La gente se preguntaba: ¿Cómo va a salir de casa mi madre de 90 años, que necesita ir en coche? O los hoteles nos decían: ¿Cómo van a llegar los clientes con sus maletas? Todos los casos se han ido resolviendo", señala. El 4 de mayo, el control de acceso al barrio de Las Letras se reforzará con vigilancia a través de cámaras en los puntos de acceso.
El Área de Movilidad ya tiene listo el estudio técnico para trasladar estas restricciones de tráfico, que darán prioridad a los residentes, al barrio de Embajadores. Esta idea está siendo consensuada con los vecinos y comerciantes de la zona. Se calcula que la medida beneficiará a 50.000 residentes, cifra similar a la población de algunas capitales de provincia (Segovia tiene algo más de 54.000 habitantes).
El tráfico de paso de este barrio, según el estudio realizado por el Área de Movilidad, es atravesado en dirección oeste-este por un flujo de vehículos que por las calles de la Colegiata y del Duque de Alba llega a la plaza de Tirso de Molina, para posteriormente continuar por la calle de la Magdalena con dirección a Atocha o girar por Doctor Cortezo hacia la plaza de Jacinto Benavente y posteriormente hacia Mayor, Arenal o La Cruz. "La eliminación del tráfico de estas calles se hará a través de las rondas", adelanta Calvo. "La calle de Atocha quedará como vía de uso libre para acceso a la plaza de Jacinto Benavente. En dirección bajada se permitirá el paso de los residentes y de los autobuses únicamente. Con esta medida se pretende reducir el tráfico de paso desde la calle de Santa Isabel, lo que supondría mejorar el entorno del museo Reina Sofía".
Estas medidas irán acompañadas de restricciones horarias para la carga y descarga. "Se está estudiando la creación de puntos específicos para estas tareas para vehículos industriales de tamaño medio, tanto para el servicio del comercio existente en el entorno de la Ribera de Curtidores, donde está el Rastro y muchos anticuarios, como en la zona de almacenes de productos de bazar de Lavapiés".
Según los planes del Ayuntamiento, el área de prioridad para residentes estaría delimitada por las calles de Toledo, Concepción Jerónima, Atocha, ronda de Atocha y ronda de Toledo. Con este plan los residentes y peatones recuperarán la plaza de Tirso de Molina y las calles San Millán, Duque de Alba, Colegiata, Conde de Romanones, Doctor Cortezo, Magdalena, Santa Isabel y Santa Inés.
Estas medidas, como las que se quieren implantar en Embajadores, se pueden trasladar también al llamado Madrid de los Austrias y al barrio de Chueca. Todas ellas irán acompañadas de una ampliación de las zonas de aparcamiento para residentes. Ruiz-Gallardón ha anunciado que en la siguiente legislatura -si él gobierna- toda la ciudad dispondrá de este sistema de aparcamiento, que, a juicio de los técnicos municipales, logrará disuadir a los conductores.
Calvo añade que para combatir el atasco de Madrid y facilitar el tránsito de los autobuses se duplicará la extensión del bordillo del carril bus. Ahora hay 22 kilómetros y se espera alcanzar casi los 50 kilómetros este año. "La experiencia ha sido positiva", asegura.
El concejal también anuncia otras medidas encaminadas a fomentar el uso de la moto en la ciudad como transporte alternativo: se congelarán los impuestos de estos vehículos de dos ruedas, se crearán aparcamientos específicos y hasta se cuidará el tipo de pintura de las señalizaciones para que no sea deslizante.
El Ayuntamiento cree en su fórmula. Los expertos consideran que es tibia. El tiempo determinará que sucederá con ese millón de coches que atascan Madrid.
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