Minicines

Trabajo en los Minicines Fuencarral y quiero dar cuenta de la grave situación en la que se encuentran los cines antiguos de Madrid, los cines de toda la vida. Están desapareciendo para dar entrada a nuevos negocios más vistosos y beneficiosos, tanto para las empresas que abren o van a abrir en ellos nuevas tiendas o negocios como para la Administración por el aumento de ingresos que ello supone. Grandes empresas presionan a los propietarios para que vendan, y así, cuando la Ley del Suelo entre en vigor, convertirlos en tiendas u otros negocios.

Creo que esto es una situación bastante grave porque Madrid siempre ha tenido numerosos cines de gran encanto y están desapareciendo; y no por falta de rentabilidad, de lo cual les puedo asegurar que no es así, sino porque "el dinero llama al dinero". La gente dice que es normal porque no se renuevan, no se modernizan y un largo etcétera. Esto era cierto antes. Pero los nuevos propietarios de estos cines sí hacen un esfuerzo por renovarlos y que estos cines se vuelvan rentables: no los quieren convertir al estilo de las nuevas multisalas, en las cuales lo único que prima es vender, vender y vender, sino modernizarlos para dar más servicios, pero manteniendo el espíritu de éstos, como es un trato más directo al público, más humano y, sobre todo, cuidando a las personas que acuden a ellos y tratándolas de persona a persona.

En el caso de los minicines de que les hablo -que, como ya les digo, es el mismo caso que otros tantos como el cine Azul de la Gran Vía; el cine Rex, que pende de un hilo su cierre, así como tantos otros-, este cine se cerrará el 30 de abril para dar paso a la ampliación de la tienda de la cadena de ropa que hay al lado, cosa que no me parece normal. Y ello porque es un cine que se ha ido renovando desde hace dos y que se pretendía seguir modernizando si hubiéramos podido seguir adelante con él. Creo que la gente ya tiene suficientes tiendas donde comprar o restaurantes donde cenar.