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El Consejo Nuclear acusa a Vandellòs II de ocultarle datos sobre un grave incidente

Una corrosión detectada en agosto crea el peor problema en una planta atómica desde 1989

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), máxima autoridad en materia atómica, dio ayer un varapalo a la central Vandellòs II, en Tarragona. La causa: la corrosión de unas tuberías de refrigeración de la central que se detectó en agosto. El CSN acusa en un informe a la propiedad de la instalación de haber ocultado y omitido información y de hacer prevalecer criterios económicos sobre la seguridad. Éste es el incidente más grave registrado en España desde octubre de 1989, cuando la vecina nuclear de Vandellòs I sufrió el accidente más grave de la industria atómica. En aquella fecha, se quemaron las turbinas y parte del sistema de refrigeración del reactor, lo que comportó el cierre definitivo de la planta.

La Asociación Nuclear Ascó Vandellòs (ANAV), participada por Iberdrola y Endesa, propietarias de la central, niega que haya ocultado información sobre el incidente porque, asegura, ésta no es su "política". El responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, exigió que se "depuren responsabilidades hasta las últimas consecuencias". Greenpeace denunció en los últimos meses la corrosión del sistema de la central que ahora censura el CSN.

La dirección de Vandellòs II actuó tarde, solucionó mal el caso y, además, trató de ocultar al CSN la gravedad de los defectos. Así de tajante es el informe que el órgano rector de las instalaciones nucleares españolas publicó ayer sobre un incidente que ha puesto de manifiesto una falta de control evidente. "Es el suceso más importante para la seguridad después de Vandellòs I", señaló ayer el subdirector de centrales nucleares del CSN, Javier Zarzuela.

El sistema de refrigeración averiado en agosto es un complejo de tuberías de hormigón con el interior revestido de acero y zonas para el acceso de operarios. El sistema capta agua del Mediterráneo, la canaliza para usarla como refrigerante de los sistemas internos y luego la devuelve al mar sin otra variación que unos grados más de temperatura. Vandellòs II tiene dos sistemas exactamente iguales y siempre ha contado con uno completamente operativo. Sin embargo, el CSN considera que la vigilancia y el mantenimiento de estos sistemas han sido deficientes desde principios de los años noventa, lo que ha llevado a una progresiva corrosión de las tuberías causada por el agua marina que desembocó el 25 de agosto pasado en la rotura de una de las bocas.

En aquel momento, al advertirse el problema, la central paró y puso en marcha su propio comité se seguridad, que dio luz verde para volver a conectar la central a la red después de llevar a cabo unas pruebas en el sistema dañado que el CSN ha podido certificar con posterioridad que fueron insuficientes.

Por lo sucedido a finales de agosto -temporada alta en lo que a demanda energética se refiere- el CSN censura que Vandellòs II haya antepuesto los criterios de producción a los de seguridad, aunque Javier Zarzuela asegura que la central siempre ha estado funcionando "con unos márgenes de seguridad suficientes". La noticia de la rotura de la canalización la tuvo el CSN cuando se produjo, el pasado mes de agosto. Aunque en mayo de 2004 ya había padecido un deterioro que conocía la dirección de Vandellòs II, pero que ésta no comunicó a la autoridad atómica.

La central se encuentra en la actualidad en periodo de recarga de combustible, durante el que deberá aplicar una exhaustiva lista de 60 correcciones impuesta por el CSN para volver a conectarse a la red a principios de mayo. De momento, fuentes de la ANAV aseguran que la vigilancia, el control y el mantenimiento de los sistemas de refrigeración externos serán más frecuentes a partir de ahora.

La central nuclear Vandellòs II, en agosto pasado.
La central nuclear Vandellòs II, en agosto pasado.EFE / J. SELLART

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