La directora del instituto de Ronny Tapias denuncia la pasividad policial ante las bandas
La policía sostiene que mantenía la zona vigilada desde una semana antes del crimen
La concentración de bandas callejeras ante la puerta del instituto Sant Josep de Calassanç, donde Ronny Tapias fue asesinado, era un hecho que la directora del centro, Núria Gelonch, había notificado por escrito al Cuerpo Nacional de Policía con mucha anterioridad. Pero, a pesar de sus "repetidas quejas", nunca se supo "nada" de los agentes, declaró ayer Gelonch durante el tercer día de juicio. La Jefatura de Policía, por su parte, asegura que el primer escrito lo recibió "una semana antes", y que, desde entonces, mantuvo "dos controles de vigilancia" -a las 13.30 y 16.30, coincidiendo con el horario de salida-, "tal como solicitó la directora".
Durante las cinco horas que duró la sesión de ayer en la Audiencia de Barcelona, en la que se juzga a los seis jóvenes latinoamericanos acusados del asesinato de Ronny Tapias, el jefe de la Brigada de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, encargado de dirigir la investigación, desmintió que la víctima perteneciera a alguna banda. La directora del instituto, por otro lado, subrayó que el joven colombiano, de tan sólo 17 años, no era un chico conflictivo. "Nunca hubo que llamarle la atención", añadió. Estas declaraciones vendrían a corroborar lo que la familia de la víctima ha mantenido desde el principio: "La muerte de Ronny fue fruto de una equivocación".
Esta tesis fue compartida incluso por el dominicano Leonel Parménides R., alias Pavel, que puso en duda que una de las personas que le agredió dos días antes del suceso hubiera sido Ronny Tapias. Pavel fue condenado, junto con el también dominicano Jeury D. y el colombiano Juan Felipe D., por el asesinato de Ronny hace un año, cuando todavía eran menores de edad, a ocho años de internamiento en régimen cerrado -la pena máxima que establece la Ley del Menor- y a cuatro años de libertad vigilada. Ayer les tocó declarar a los tres.
Versiones contradictorias
En lo único que estuvieron de acuerdo fue en exculpar a los acusados Daniel B., Rigoberto Reynaldo R. y Carlos Christofer V., de origen ecuatoriano, a quienes aseguraron no conocer. Los aludidos, por su parte, negaron haber estado en el centro aquel fatídico día. En cuanto al relato de los hechos, Pavel y Jeury D. explicaron versiones contradictorias.
El primero en prestar testimonio fue Pavel. Aunque admitió sentir afinidad por la banda juvenil de los Ñetas, negó haber urdido un plan para "vengarse de los Latin Kings", el grupo juvenil rival que lo había agredido con arma blanca cuando se encontraba con Antonio M., alias Che -otro acusado- en la salida de la discoteca Caribe Caliente, dos días antes del crimen.
Según Pavel, el día de los hechos -el pasado 28 de octubre de 2003-, se encontró en la parada de metro de la Sagrera con Che, Jeury y el resto de los acusados, Yohan Smith y Sandy, alias Bolón. "Yo iba al instituto a ver a mi novia", declaró. "Cuando llegamos a la entrada principal del colegio", continuó, "el Che dijo que había reconocido a uno de los chicos" que supuestamente los habían agredido dos días antes.
Eran las 17.15, y Ronny Tapias salía del instituto acompañado por un amigo de clase. Pavel explicó que cuando sus cuatro acompañantes comenzaron a pegarles, él se mantuvo al margen. Segundos más tarde, sólo pudo ver cómo Jeury extraía "un cuchillo del cuerpo ensangrentado de Ronny", a la vez que gritaba: "¡Ya está!".
Jeury, por su parte, desmintió su implicación en los hechos, aseguró no haber visto nada e inculpó del asesinato a sus compañeros a quienes acusó de haberse conjurado contra él.
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