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Telefónica compra Cesky en la mayor inversión española en Europa del Este

El grupo pagará más de 5.000 millones para hacerse con la primera telefónica checa

Ramón Muñoz

Telefónica ha decidido entrar en Europa del Este por la puerta grande, con la mayor inversión de una empresa española en aquella zona. El Gobierno checo aprobó ayer la venta de su participación del 51,1% de Cesky Telecom a la multinacional española por 2.754 millones de euros. En septiembre, la compañía que preside César Alierta está obligada a comprar el 48,9% restante del capital que cotiza en Bolsa, por lo que la operación superará los 5.000 millones de euros, que se pagarán en metálico. Cesky Telecom tiene ocho millones de clientes, tanto de fijo como de móvil, y es la primera operadora del país.

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César Alierta se ha decidido a dar el paso. Telefónica sale de su mercado natural de habla hispana y va a regresar a Europa. La decisión no era fácil porque la última experiencia de la multinacional española fuera de su habitat español y latinoamericano se saldó con un sonoro fracaso. En 2000, la operadora intentó implantarse en los maduros mercados alemán, italiano, suizo y austriaco mediante la compra de licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS). Ninguno de esos proyectos propios cuajaron, costándole unas pérdidas de más de 8.000 millones de euros.

Telefónica no quería repetir esa amarga experiencia, y por eso, cualquier vuelta a Europa pasaba por la adquisición de una compañía consolidada en el mercado, en lugar de crear un operador nuevo y propio. Cesky Telecom, el antiguo monopolio telefónico checo, cuadraba en esa estrategia: primera compañía en su país con más de siete millones de clientes, con presencia en los mercados tanto fijo como móvil y rentable.

Por eso, la compañía española decidió jugar fuerte y realizó la oferta más alta por el 51,5% de Cesky Telecom, que estaba en manos del Estado, 82.623 millones de coronas checas (2.754 millones de euros al cambio actual).

La mejor oferta

Basándose en este criterio económico, el Gobierno de la República Checa aprobó en la reunión del Consejo de Ministros de ayer la venta de su participación al grupo español. La oferta española ya era favorita porque había sido recomendada la pasada semana por la comisión de privatizaciones.

El ministro de Finanzas, Bohuslav Sobotka, resaltó que los dieciocho miembros del Gobierno habían dado su visto bueno por unanimidad a la venta a Telefónica, quizá para acallar algunas críticas sobre el proceso de privatización, en medio del cual se ha producido hasta una moción de censura, informa Bloomberg.

En el mismo han participado también Swisscom, Belgacom, France Télécom (en consorcio con las sociedades de inversión Blackstone, CVC Capital Partners y Providence) y la checa PPF. Al final, la oferta de la compañía española ha sido un 4,25% superior a la de la operadora suiza, un margen muy ajustado en este tipo de procesos.

La operación se hará en dos fases. La adquisición del 51,1% se hará efectiva en junio, mediante el pago en metálico al Estado de los citados 2.754 millones. En septiembre, y de acuerdo con la legislación checa, Telefónica deberá lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) por el resto del capital de la operadora, que cotiza en Bolsa.

El precio de esa OPA estará determinado por estos tres criterios: el 85% como mínimo del importe pagado por la participación estatal del 51,1%, la valoración de un experto independiente y la media de cotización en los últimos seis meses. El pago de la OPA se podrá hacer en metálico o parte en metálico y otra parte mediante un canje de acciones, aunque en este último caso Telefónica tendrá que afrontar un sobreprecio estipulado por el Gobierno, informaron fuentes conocedoras de la operación.

Una vez que se complete la compra, Telefónica habrá desembolsado más de 5.000 millones de euros, cantidad similar a la que se pagó por el conglomerado energético Transgas, la mayor inversión extranjera hasta el momento en la República Checa y, sobre todo, la mayor de una empresa española en un país del Este, superando a la de Ferrovial en Polonia.

La financiación de la compra mediante recursos propios y préstamos provocará un mayor endeudamiento, aunque Telefónica confía en que la generación de caja, tanto del grupo como de la operadora checa, contribuyan a aminorar ese efecto, que señalaron negativamente la pasada semana las agencias de calificación de crédito. Cesky tiene alrededor de 800 millones de euros de deuda.

Telefónica va a mantener los compromisos de retribución al accionista y su política de dividendo. Ayer las acciones remontaron un 0,75%, tras la caída registrada la pasada semana.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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