El Reina Sofía desenmascara los mecanismos del maltrato a la mujer en 'Violencia sin cuerpos'
'Cunnilingus in North Korea' reflexiona sobre las políticas sexistas en países capitalistas y comunistas -Si en 'Parthenia' se habla de la violencia doméstica, 'I want to share you' es una relectura de las relaciones familiares
"El hecho de que en Internet podamos prescindir de nuestros cuerpos no deja exenta a la Red de la violencia de género, es más, lo invisible puede ser, si cabe, más inquietante y volver a proponer, disfrazados, viejos esquemas de poder". Lo afirma Remedios Zafra, profesora de la Universidad de Bellas Artes de Sevilla y comisaria de Violencia sin cuerpos, una exposición de arte electrónico integrada en Cárcel de amor: relatos culturales sobre la violencia de género, una iniciativa del departamento de audiovisuales del Museo Reina Sofía de Madrid, que incluye también un programa de cine y vídeo, una performance y una serie de debates.
"En Internet se ocultan viejas estrategias de dominación sexual, pero también nuevas condiciones para la producción de otras formas de violencia simbólica y real sobre la mujer", señala Zafra, que ha seleccionado una serie de obras dirigidas precisamente a desenmascarar estos mecanismos.
Violencia sin cuerpos se divide en cuatro apartados, que ofrecen otras tantas aproximaciones a la violencia de género en Internet, acompañados de una extensa sección documental.
La selección empieza con un bloque de obras que comparan la violencia simbólica en las mitologías femeninas tradicionales con los nuevos arquetipos de la era tecnológica. "Los mitos del poder patriarcal no desaparecen en Internet, en muchos casos incluso se amplifican, especialmente en los videojuegos y en los negocios del sexo que inundan la Red. El fortalecimiento de estereotipos y la violencia sobre el cuerpo virtual que representa la mujer es algo cotidiano en el ciberespacio" afirma Zafra, ganadora del III Premio de Ensayo Caja Madrid con el libro Netianas, donde ofrece diferentes lecturas de la situación de la mujer en el ámbito digital.
Estas consideraciones dan paso a una sección que se enfrenta a los estereotipos sexuales vinculados al cibersexo y los videojuegos, con obras de referencia como las modificaciones homosexuales de Robert Nideffer para Tomb Raider, la aproximación irónica a la prostitución online de Prema Murthy en Bindi Girl, la relectura de las relaciones familiares de Igor Stromajer en I want to share you... y las reflexiones sobre las políticas sexistas en los países capitalistas y comunistas de Cunnilingus in North Korea de Young-Hae Chang Heavy Industries, que ha sido traducida al español con motivo de la exhibición.
La selección otorga especial relevancia a las obras que se proponen hacer públicas, situaciones y emociones tradicionalmente relegadas a la esfera privada, como la parodia de la vida en directo de Tina La Porta en Voyeur_web o de la industria de la reproducción de Faith Wilding y Hila Willis en Smart Mom. No podía faltar Parthenia de Margot Lovejoy, un monumento a las víctimas de la violencia doméstica, estructurado como una base de datos pública y creativa, para denunciar los actos de violencia contra las mujeres, víctimas de un conflicto mundial que no atiende a culturas, edades ni condiciones sociales.
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