Matar la libertad

La Comunidad Autónoma de Madrid nos ha cerrado la boca, muy duro ha sido el golpe para muchos madrileños. La Comunidad de Madrid cerró la semana pasada más de treinta radios libres de Madrid. Nosotros somos dos de los afectados, que cada martes, por un par de horas, nos acercábamos a Desencadena Usera para hablar a través del micrófono. Nuestra emisora está inscrita dentro del Centro Sociocultural Mariano Muñoz, un centro social del barrio de Usera desde donde se busca trabajo a la gente parada, se dan cursillos de formación a distintos niveles, hay un grupo de teatro y se atienden los problemas de la gente del barrio. Además de todos estos pecados, el centro tiene el valor de tener una radio de corto alcance; desde ahí, la gente del barrio se abre a los suyos.

En Desencadena Usera nadie paga ni cobra, ahí todos somos vecinos y amigos y, por una milagrosa vez, nada gira entorno al dinero, las audiencias o el rigor periodístico. Ahí todo el mundo tenía su espacio para hablar y ser escuchado, sin molestar y sin hacer daño a nadie, donde cada uno deja por unas horas sus ocupaciones diarias para convertirse en su propia estrella, para contar lo que el cuerpo le pide que no se calle. Ninguno somos profesionales y todos ponemos lo que tenemos dentro, la pasión de un hobbie, la ilusión de que alguien nos esté escuchando.

Desde ahí vivimos los atentados del 11-M y rendimos homenaje, celebramos el Día de la Mujer Trabajadora, el aniversario de la muerte de John Lennon, el Día del Padre, las navidades y siempre con respeto a todo el mundo.

Ahora todos volvemos a ser sólo ciudadanos, estudiantes, amas de casa, empleados de empresas que no permiten la creatividad. Ninguno de los que han cerrado nuestra emisora nos escuchó jamás, no sabe lo que hacemos, ni quiénes somos, ni de qué tratan nuestros programas. Para ellos sólo somos gente ilegal, "pirata", como nos llaman, y con todo el respeto les diré que piratas ellos que abordan nuestros inofensivos sueños, ilegales ellos que atacan al indefenso ciudadano y apoyan a grandes grupos de comunicación para que no pierdan diez oyentes de Usera.

Al final nos cierran la boca bajo amenaza de incautarnos el material si seguimos emitiendo. Así se fomenta la cultura en esta ciudad, la creatividad y las ilusiones de los ciudadanos que además insultan con adjetivos lejanos de la realidad. Nuestro A puerta cerrada de cada martes cierra sus micros de forma muy triste, sin ningún tipo de gloria o despedida, nos vamos para no molestar, para no ser ilegal, con pena, pero con la cabeza alta. De parte de las Radios Libres de Madrid, gracias a todos los que nos escucharon, a los que compartisteis micro, dial y sueños.