Rubio asegura que la alcaldesa de Valencia practica el absolutismo y pretende eliminar a la oposición

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Rafael Rubio, cargó ayer contra la alcaldesa de Valencia por el "cínico silencio" que mantiene ante el anuncio del vicepresidente del Consell, Víctor Campos, de reunirse con los líderes municipales del PP en la oposición. Una decisión que el dirigente del PSPV-PSOE calificó de "sectarismo político".

Rubio fue contundente al señalar que el silencio de Rita Barberá demuestra que "permanece atrincherada en el absolutismo y sólo le preocupa eliminar la oposición a cualquier precio". La actitud de Rita Barberá, dijo Rubio, "es la de un soberano absolutista condescendiente con los defectos y los desmanes de los propios e implacable con su oponente, una actitud frontalmente opuesta al espíritu de la democracia".

Rubio comparó la actitud de la alcaldesa ante el anuncio del vicepresidente del Consell con la que mantuvo cuando el portavoz socialista se reunió con miembros del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Según el concejal del PSPV, Rita Barberá "llegó a poner en ridículo a la institución del Ayuntamiento y a todos los valencianos al telefonear al presidente del Gobierno para que impidiera que este portavoz [Rafael Rubio] se reuniera a petición propia con ministros del Gobierno para tratar asuntos de máxima importancia que afectaban a la ciudad [de Valencia]".

Según Rubio, la alcaldesa "olvidó" que la obligación de la oposición "no es únicamente fiscalizar la acción del gobierno municipal", sino "intentar además aportar alternativas y actuar cuando haga falta para obtener lo mejor para la ciudad". Barberá, sin embargo, a juicio del portavoz del primer grupo de la oposición, procuró "por todos los medios, pero inútilmente, anular y marginar a los socialistas. Y ahora [ante la convocatoria de Víctor Campos] calla".

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia cree que el anuncio del vicepresidente del Consell tiene como único objetivo "el linchamiento político de los alcaldes del PSPV mediante la instrumentalización de la Generalitat".

La indignación de Rubio se extendió a los silencios, "cuando no las mentiras", de la alcaldesa de Valencia, a "la falta de apoyo" del Gobierno de José María Aznar a la Copa del América, "a las irregularidades cometidas por alguno de los miembros de su equipo y ante todo aquello, en definitiva, que no le gustaba. Y ha hablado más de la cuenta cuando la oposición ha propuesta algo en beneficio de la ciudad".